La fiebre por el '‘Pokémon Go'’ llega a Pontevedra

La aplicación de Nintendo para capturar a estas criaturas a través del móvil ha convertido la ciudad en un campo de juego sin límites. Tres jóvenes explican al Diario su experiencia con el videojuego de moda a nivel mundial que les ha hecho cambiar el sofá de casa por la calle
Martín Salgueiro (izquierda) y Adrián Macho jugando con sus móviles a Pokémon Go en Barcelos.
photo_camera Martín Salgueiro (izquierda) y Adrián Macho jugando con sus móviles a Pokémon Go en Barcelos.

Dos décadas después de su nacimiento, los Pokémon vuelven a estar de moda. Y todo gracias a una nueva versión del juego que Nintendo lanzó al mercado hace hoy diez días: el ‘'Pokémon Go'’, una aplicación gratuita para teléfonos móviles que ha provocado una fiebre a nivel mundial. La devoción por el videojuego, que ya puede descargarse oficialmente en España y que tiene como gran objetivo capturar a estas criaturas que simulan animales, ha llegado a Pontevedra.

La App ha generado una verdadera legión de fans en la capital y en su comarca. El Diario ha hablado con tres de ellos para adentrarse en el universo Pokémon y tratar de descubrir las claves del éxito de este juego, que ha convertido Pontevedra y alrededores en un campo de ocio sin límites y que ha hecho cambiar los hábitos de los amantes de la consola. ¿Por qué? Porque han cambiado el sofá de casa por la calle, que es el principal terreno de juego del '‘Pokémon Go'’.

"El objetivo es capturar a todos los Pokémon (los 150 disponibles hasta el momento), hacer que evolucionen y luchar en batallas con otros usuarios para hacerte con el control de los gimnasios que están en poder de alguna de las tres facciones que existen: la amarilla, la azul y la roja", explica Adrián Macho.

Adrián Macho: "Llevo ‘pateados’ 70 kilómetros desde que me descargué el juego. Echo la tarde andando. Mejor que estar metido en casa es, ¿no?" 

Este estudiante de Bacharelato, de 20 años, fue el primero de su pandilla en descargarse la App el pasado 6 de julio. "Al principio solo salió en tres países, la gente lo subió a Internet y me lo descargué. Desde entonces, llevo ‘pateados’ 70 kilómetros. Echo la tarde andando por ahí. Mejor que estar metido en casa es, ¿no?", añade.

¿Dónde se esconden estos monstruos virtuales? En principio en cualquier sitio, pero sobre todo en lugares de interés, como plazas, calles, monumentos, parques y otros espacios públicos. "Tienes que iniciar el juego, ir con el móvil por la calle y, a través de la pantalla, te aparecen en el sitio más inesperado (ver imagen inferior, la de ‘Voltorb’). El juego está muy bien", reconoce Martín Salgueiro, de 19 años.

Martín Salgueiro: "Estuve todo un día jugando y solo me consumió 50 Megas, muy poquito. Lo que sí consume es mucha batería del móvil"

Este vecino de Lourizán reconoce que en O Regueiriño, donde vive, no encuentra muchos Pokémon. "Por eso tengo que bajar a Pontevedra o a Marín. Al final es una buena excusa para quedar con los colegas, pasar la tarde y divertirse", comenta.

Martín, que estudia un ciclo superior de Informática, solo le pone una pega al videojuego: consume mucha batería. "Datos apenas consume. El otro día estuvo todo el día jugando y solo me consumió 50 Megas. Con el WhatsApp puedes llegar a gastar más. Lo que sí consume es mucha batería del móvil. Hay que llevar una de repuesto", dice entre risas.

 Eloy Pérez: "Ahora cuando ves a alguien por la calle con el móvil lo primero que piensas es si estará capturando Pokémon"

Martín ha capturado 60 Pokémon distintos, algo menos que su amigo Adrián, que se ha hecho con 70. "Los he pillado en Barcelos, A Peregrina, en Santa María o en el paseo del Lérez, que es donde hay más del tipo agua, apunta este último, que revela la ubicación de algunos de los gimnasios repartidos por la ciudad: A Peregrina y el Hospital Provincial.

A Eloy Pérez, estudiante de Publicidade e Relacións Públicas de Bueu de 21 años, el juego también le apasiona. "Ahora cuando ves a alguien por la calle con el móvil lo primero que piensas es si estará capturando Pokémon. Es un juego social", recalca.

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