La ordenanza de furanchos no llegará a tiempo a esta cosecha

La ordenanza de furanchos que prepara el Concello requiere de un proceso de maduración más largo que el vino que descansa en las barricas. Aunque es la primera que se impulsa en toda Galicia y cuenta con el beneplácito del gremio, ayer se conoció que no llegará a tiempo para despachar el excedente de la cosecha de 2012.

El teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, Antón Louro, calcula que el texto podría entrar en vigor a finales de primavera o principios de verano. El problema, entre comillas, es que el plazo fijado por la Xunta para la actividad de los loureiros termina el 30 de junio.

El desfase de tiempos obligará a los furanchos a funcionar este año con amparo al decreto aprobado por la Xunta a finales de 2012. Las condiciones serán más restrictivas que las que venían regulando el sector, pero menos limitativas que las de la futura ordenanza municipal, en la que se ahonda en algunos criterios.

Según la primera (la normativa autonómica), el vino no podrá ser embotellado y deberá proceder directamente de la cosecha del furancheiro. Según la municipal, los barriles deberán estar etiquetados y albergar remanentes de viñas declaradas en Pontevedra o su área de influencia.

La Xunta permite abrir un máximo de tres meses entre el 1 de diciembre y el 30 de junio. El Concello: los mismos tres meses, solo que entre el 1 de marzo y el 31 de junio, la época de mayor actividad disponible, una vez que el verano ha quedado vetado en el calendario furancheiro.

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