Una demostración en las dependencias de la Policía Local del Concello de Pontevedra en la que participó el mismísimo alcalde de la ciudad, Miguel Anxo Fernández Lores, sirvió de estreno de la nueva galería de tiro en la que los agentes podrán realizar a partir de ahora sus prácticas de disparo.
La instalación, de 25 metros de longitud y 3,50 metros de altura, dispone de unas características especifícas que garantizarán las medidas de seguridad de los agentes, además de evitar su desplazamiento a otros lugares como la Brilat o Cernadiñas Novas, como sucedía hasta el momento. El coste de la sala ascendió a 200.000 euros.
Fernández Lores, quien inauguró la galería con una serie de lanzamientos, fue la gran sensación de la sesión de tiro tras realizar una serie de cinco de cinco sobre la silueta, dos de ellos en el centro de la diana, mostrando así una gran habilidad con el arma. «Había 30 anos que non disparaba, dende que fixen a mili en Figueirido. Daquela tiraba con zetme. Non estou descontento coa miña actuación, xa que tiven un 100 por cento de acerto», afirmó el alcalde de Pontevedra, quien, eso sí, se definió como una persona «con pouco espírito militar e nada violento».
Tras la inauguración formal por parte del regidor municipal, el jefe de la Polícia Local, Daniel Mancelle, y cuatro agentes realizaron una exhibición de tiro en la que se pudo comprobar la seguridad de la galería, cuya superficie ronda los 120 metros cuadrados. En su acondicionamiento se hizo una nueva instalación de electricidad y de renovación del aire. También dispone de una aspiradora industrial homologada para ambientes explosivos.
La parte superior de la galería está cubierta con un falso techo modular tipo ‘Amstrong’ con planchas fonoacústicas y lana de roca de 40 kilos. Los revestimientos verticales son planchas de caucho ondulado especial antirrebote de poro abierto y lana de roca. El suelo es de planchas de caucho y poro abierto sellado con tres capas de poliuretano. Ignífugo.
En cuanto al frontal de impacto, la sala dispone de un parabalas formado por láminas de caucho especial con tratamiento ignífugo colocadas en dos filas. También cuenta con una cortina antifragmentos de caucho especial antirrebote de 4 milímetros de grosor, además de una rampa para la recogida de proyectiles, compuesta por tableros de aglomerado y forrado de caucho.
El espacio también cuenta con una sala de monitores separada de la propia unidad de tiro mediante un tabique, un cristal blindado antibala y una puerta insonorizada para el acceso desde el exterior y para entrar a la galería de tiro. Por norma, los agentes deben realizar tres prácticas anuales y renovar cada doce meses su permiso para el uso de armas de fuego.
