La Udev investiga los casos de bebés perdidos

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (Udev) se ha encontrado en las últimas horas con una denuncia que no esperaba. Carlos acudió a la Comisaría Provincial para denunciar el supuesto robo de un familiar suyo en el Hospital Provincial de Pontevedra en los últimos años del franquismo, y su escrito fue derivado de inmediato a la unidad que se encarga de investigar los asuntos más intrincados de cuantos se tratan en la ciudad (la misma que trabaja para esclarecer la desaparición de Sonia Iglesias, por ejemplo). El inspector jefe de la Udev recibió la visita de otras seis personas con idéntica inquietud: conocer el destino de sus hermanos o hijos que, presuntamente, fueron sustraídos de sus brazos en el paritorio de referencia de la provincia en los años 60 y 70 con el pretexto de que habían fallecido por una u otra causa en los días siguientes al de sus alumbramientos.

Las personas que luchan por obtener información acerca del destino de sus allegados que acudieron ayer a las dependencias policiales de Joaquín Costa son, en gran parte, las mismas que ya hicieron públicos sus casos a través de este periódico durante las últimas semanas. A ellas se han añadido dos denunciantes más (el citado Carlos y una mujer pontevedresa) que conforman un colectivo que, en base a pesquisas propias, pretende hacerse escuchar entre las autoridades competentes para que investiguen a fondo lo que ocurrió con sus familiares.

Las declaraciones del fiscal jefe, Juan Carlos Aladro Fernández, que aseguró que la institución a la que representa no llamará, en principio, para que preste declaración ningún médico ni enfermera (o monja, en su caso) de los que pudiesen trabajar en el Hospital Provincial en los últimos años de la dictadura han caído como un jarro de agua fría sobre estas personas. Pese a ello, y tras conocer que la Udev ha iniciado las investigaciones en el caso de Carlos, acudieron ayer a la Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano (ODAC) de la Comisaría, desde donde fueron derivados al despacho del inspector de la citada unidad especializada.

''Yo ya denuncié, y ahora me ha llegado un burofax para que me presente en el juzgado, al parecer para una toma de declaración'', señaló Carlos a las puertas de las dependencias policiales.

El resto de 'investigadores privados', que se han recorrido el cementerio, la Deputación y el Hospital Provincial en busca de indicios sobre el destino de sus allegados, siguen siendo pesimistas en lo que se refiere a una resolución positiva de sus búsquedas, aunque advierten de que entre sus intenciones no está la de arrojar la toalla, al menos por el momento. ''Se basan en que el médico murió, en que la monja murió y que los archivos se quemaron. En cualquier caso vendremos a la Comisaría a presentar las denuncias'', señaló Faustino González, un vecino de Combarro que busca a una hija supuestamente robada en el Provincial en los años 60. ''Yo lo tengo crudo, porque tengo 73 años y ando contra reloj, pero antes de morirme me gustaría encontrarla'', añadió.

''Estamos esperando los papeles de la Deputación'', comentan. La de la institución provincial fue la anterior puerta a la que llamaron estas personas. Su presidente, Rafael Louzán, les tendió la mano públicamente pocas horas después, indicando que se prestarían gustosamente a colaborar con las investigaciones que, por estos casos, se llevasen a cabo. El Hospital Provincial, centro sanitario en el que, según los denunciantes, se produjeron los robos de bebés, pertenecía a la Deputación por aquel entonces.

''Lo que dicen es que ha muerto el médico, pero para mí que sigue vivo'', apuntó Carlos. ''Dicen que lo que vale es la documentación oficial, y punto. Si se contradice el papeleo, da igual'', comentó Pilar, otra de las denunciantes, que avisa que su siguiente paso puede ser ''acudir a la televisión, pero no a nivel local, sino a nivel nacional, para ver si así se nos escucha''.

Explicaciones

El jefe de la Udev, que recibió durante cerca de dos horas a estas personas en su despacho, les expuso las dificultades de esta investigación.

''Lo están investigando, y nos explicó un poco cómo iba a funcionar y venimos desencantados. Ellos el trabajo lo hacen, pero es difícil. Cuentan con problemas, porque, ¿los libros dónde están? Unos se quemaron, los del hospital, en el juzgado se mojaron, así que es complicado'', lamentan.

''Yo lo tengo más crudo que ninguno, porque no tengo ningún papel, mi caso es el más antiguo'', expuso Faustino. ''El médico lo va a negar, no te va a decir, sí, fui yo'', comentaron. ''El mío (el médico) no aparece ni muerto ni vivo''. En las próximas horas las denuncias llegarán a la Udev, que iniciará unas pesquisas difíciles, pero no imposibles.

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