La variante de Alba podría disponer de cuatro carriles y un coste de 6,5 millones

PONTEVEDRA. Diez años más tarde de ser plasmada en el mapa de las infraestructuras del futuro pontevedrés, la variante de Alba parece salir de la fase de hibernación en la que permanecía, pululeando de unos despachos a otros sin llegar a salir del cajón.

La Xunta da un paso más y, tras asumir la ejecución de la obra, hace un llamamiento a los particulares, entidades y administraciones relacionadas con el medio ambiente para que se pronuncien sobre el posible impacto de las obras. Para ello, ha dado a conocer el área en el que se prevé actuar, situada entre las carreteras de Santiago de Compostela (N-550) y la carretera de Vilagarcía de Arousa (PO-531), precisamente las que prevé conectar la ansiada variante de Alba.

Las sugerencias podrán ser presentadas en un plazo de 30 días a través de un documento que está disponible en la página web del Ejecutivo gallego. En base a estas, la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas perfilará las distintas alternativas de trazado que están sobre la mesa, para luego someterlas a información pública.

Entonces se abrirá una segunda fase, en la que particulares, afectados y administraciones podrán volver a presentar alegaciones. A continuación, los técnicos estudiarán las opciones y, finalmente elegirán el trazado definitivo.

Tamaño y presupuesto

La variante contará, en todo caso, con una longitud aproximada de un kilómetro y un ancho variable. La Xunta baraja construir una carretera de dos carriles ampliables a cuatro, "habilitando dous por sentido e separándoos cunha mediana ríxida de formigón", explicaron hoy los responsables de la Consellería.

Las consultas que se inician ahora resultará clave a la hora de decidir cuáles serán las proporciones del vial, aunque si es por el Concello, se quedaría con dos. La Administración local siempre se ha postulado a favor de un tratamiento suave e incluso llegó a hacer una propuesta en firme de una carretera con un carril para cada sentido.

Cuando fue incluida en el Plan Move de la Xunta, la obra fue presupuestada en 575.000 euros. El Orzamento de este año tan solo reserva 20.000 euros, sin embargo, el coste podría dispararse y multiplicarse por doce. Los responsables de la Consellería aseguran que el importe podría alcanzar los 6,5 millones de euros en el supuesto de que el vial adopte cuerpo de autovía y cuente con cuatro carriles.

Obras garantizadas

A expensas de la selección del trazado definitivo, la variante requiere sí o sí de la habilitación de un paso sobre las nuevas vías del AVE, así como la construcción de un puente sobre el río Gándara. Aparte, alguna de las alternativas plantea crear un segundo viaducto para salvar el cauce del río Rons.

Además, se prevé la construcción de una rotonda en la carretera que va a Santiago (N-550), la cual funcionaría como "punto de inicio do novo trazado". "A súa ubicación definitiva dependerá de cal sexa a alternativa finalmente seleccionada", añaden fuentes de la Consellería.

El enlace con la carretera de Vilagarcía de Arousa (PO-531) se realizará a través de la glorieta existente que da acceso al actual paso de Alba, solo que se llevará a cabo una reforma para dotarla de mayor capacidad.

Inicio de los trabajos

Aunque la hoja de ruta empieza a perfilarse, la Xunta todavía carece de una fecha aproximada para poder iniciar las obras. Según explican los propios responsables de la Consellería, "porque depende do resultado que se obteña no proceso de información pública ao que se someterán as alternativas de trazado".

En cualquier caso, los trámites administrativos pendientes, así como el presupuesto disponible, imposibilitan comenzar la actuación este año. Aún quedan por realizar el proyecto de ejecución, la licitación de los trabajos y la adjudicación de los mismos.

 

Comentarios