PONTEVEDRA. Salvo que las condiciones climatológicas sean más adversas de lo que se espera, la variante de Marín abrirá al tráfico rodado el próximo mes de julio, justo a tiempo para desviar a los veraneantes de las carreteras generales que se van sucediendo desde Pontevedra hasta Bueu.
Así lo aseguran responsables de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, el departamento autonómico que está ejecutando el último tramo del vial, que unirá O Regueiriño con el nudo de O Pino a través de 4,2 kilómetros de asfalto y una inversión superior a los 37 millones de euros. «El ritmo de la obra está siendo muy bueno y el tiempo no está afectando en la ejecución, por lo que la Xunta tiene previsto abrirla en julio», subrayan las mismas fuentes.
La finalización de los trabajos permitirá conectar este tramo con la primera fase de la variante, inaugurada en 2006, entre Figueirido y Ardán. Una vez unidos ambos trayectos, los pontevedreses podrán plantarse en las playas, negocios y domicilios de Marín y Bueu en cuestión de minutos, y viceversa.
