A las verduleras 'sin papeles' se les agota el tiempo del mercadeo

Vendedoras y clientas de los puestos de verdura que se colocan en la Avenida de Compostela. J.CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Vendedoras y clientas de los puestos de verdura que se colocan en la Avenida de Compostela. J.CERVERA-MERCADILLO

Hace años que los puestos ambulantes de frutas y verduras forman parte del paisaje urbano de la ciudad capitalina, donde han ido ocupando distintas ubicaciones a lo largo de los años. La plaza de la Verdura, antigua Feira Vella, fue sin duda el núcleo más importante de esta actividad y el mejor homenaje a la relevancia que tuvo antaño el despacho de los frutos de la huerta. Durante varios siglos acogió un mercado diario de hortalizas con tanta repercusión que acabó usurpando el nombre de la emblemática plaza, ahora feudo de los vinos y tapas.

La irrupción de los supermercados y de las tiendas especializadas fue desplazando a los vendedores callejeros a otros lugares de la ciudad. El penúltimo dominio de las verduleras fue la calle Sierra, antesala del Mercado de Abastos, donde se disponían decenas de puestos. En la actualidad ocupan la Avenida de Compostela, donde varias mujeres ofertan los excedentes de sus cosechas sin florituras ni paliativos, en cajas y tinajas colocadas a ras del suelo...

Reacción en la Praza de Abastos. Margarita Rodríguez, frutera

«Llevan el dinero limpio para casa mientras nosotros pagamos los impuestos»

Reacción en el mercado. Esperanza Argibay, productora de Marcón

«Veño para estar ocupada e aproveitar o que sobra da miña plantación»

Isabel Martínez, productora de Cerponzóns

«Se regulan isto, xa non veño, isto non dá nada e non teño necesidade»

Mónica Martínez, productora de Cambados

«Estamos contentos mentres non nos metan un novo imposto»

Luciano Castro, productor de Meaño

«Me dediqué a esto, porque me quedé sin trabajo y había que llevar algo a casa»

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