Lores confía en la prudencia para evitar nuevos daños en el Puente de Eduardo Pondal

En los últimos días se completaron los trabajos de reparación de la parte inferior del puente de la avenida de Vigo sobre Eduardo Pondal. La estructura metálica que ocultaba el hormigón del puente había sido estropeada por el paso de dos camiones que no respetaron la señalización de gálibo y continuaron hacia puente rompiendo la cubierta. El alcalde capitalino acompañado de la concelleira delegada del barrio de Campolongo, Carme Fouces, y varios técnicos municipales estuvieron este jueves en la zona para comprobar el resultado final de la reparación.

Lores resumió que con las obras se trató de ''mellorar o diseño cuns perfís de ferro máis fortes de maneira que se algún camión non respecta a señal anterior e chega a pegar ahí, os danos sean menores e sexa máis fácil de reparar''. En el sentido económico el nacionalista explicó que fue un ''arreglo custoso'' y ahora espera que los conductores circulen ''pendentes'' para que no se produzcan nuevos desperfectos.

Reparación

Los trabajos tuvieron uno coste de 60.000 euros sufragados por las compañías aseguradoras de los camiones que provocaron los desperfectos. De este modo, una de ellas pagó 20.000 euros mientras que la otra 40.000 euros, una diferencia que se debe al diferente tipo de siniestro.

Precisamente por la reticencia de las compañías aseguradoras a hacerse cargo de la reparación de esta estructura bajo el puente fue por lo que se tardó tanto en acometer, según explicó Lores.

En lo que se refiere a la actuación hay que decir que consistió en el desmontale de toda la estructura y la colocación de una nueva. Además se procedió a reponer el sistema de iluminación que advierte del gálibo. También se pusieron unas barras de hierro que refuerzan la estructura bajo el puente y unos tubos de hierro que defienden el sistema de iluminación del gálibo, de forma que los camiones con altura excesiva que pasen por la zona no lleguen a causar daños en toda la estructura.

El funcionamiento del sistema es el mismo que hasta ahora. Unas barras horizontales, ubicadas metros antes del puente, marcan la altura máxima que pueden tener los vehículos para pasar bajo a ella sin tocar, (el gálibo es de 3,50 metros en la Plaza de Galicia y 3,60 metros en Eduardo Pondal). Si se sobrepasa esta altura cambian las señales luminosas. Además este sistema está conectado con la Policía Local, por lo que, en caso de impacto estaría identificado el autor de los daños.


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