El gasto realizado en el traslado de las dependencias municipales a la calle Michelena, que se abordó ayer en Pleno, sirvió de detonante para que el alcalde explotara y espetara ante el portavoz del PP, Telmo Martín, la retahíla de calificativos que fue almacenando sobre su persona durante los últimos ocho años.
El nacionalista empezó recordando el estado ruinoso de la antigua Casa Consistorial para justificar la necesidad de la mudanza: «os baños da Alcaldía atascábanse, chovía no despacho e tiñamos que poñer un caldeiro, o mobiliario estaba destrozado, a Sala de Comisións tiña unha mesa con cabaletes, na de Prensa facía frío e calor...».
Pero, concluido el ‘epílogo’, Lores puso al descubierto su parte más enojada para «dicirlle á cara, señor Martín, que é persona máis ruín, falsa e cobarde que teño atopado na miña vida política, e levo moitos anos». Recuperando también de la memoria las declaraciones del ‘popular’ en las que, supuestamente, se jactaba de la operación de columna a la que fue sometido, «dicindo que era un alcalde acabado», Lores concluyó que Martín «actuou como un animal carroñeiro, vingativo e ruín, crendo que tiña un filón coa columna do alcalde».
Pero tampoco frenó ahí. Considerando que al ‘popular’ le fastidia que haya adquirido «a cadeira máis barata para garantir a saúde da columna», añadió que es un «narcisista avarento, que non ten avoa e ao que só lle preocupa o diñeiro. Só tolera ao seu arredor ás persoas que lle dan a razón só ten en consideración á xente cando pensa que o vai satisfacer dalgún xeito. Por que actúa desta forma tan mesquiña?», terminó preguntando el alcalde.
Optó por el silencio
La ‘encendida’ intervención del nacionalista subrayó que el mobiliario adquirido para la tercera planta de la nueva sede de Michelena, la del Gobierno local, «saíu máis barato que o de calquera vivenda ou oficina, porque a única instrución que demos é que fose o máis sinxelo e barato posible». Afirmó también que tanto él como su equipo apenas consumieron tiempo en el asunto del mobiliario, pues entonces el objetivo era garantizar el éxito de Pontevedra en el Segundo Encuentro de Ciudades para la Seguridad Vial. «Porén, mentres tanto, o fenómeno, o galáctico, autoproclamado ambicioso líder, estaba entretido en dar unha imaxe negativa da cidade a través da infamia (...). Actuou con ruindade, falsidade e cobardía, colgou sandeces na web e mandou a Moreira de recadeiro a defender esa posición, cun lamentable e penoso papel».
Extendiendo sus interpretaciones a la propia sesión plenaria, Lores llegó a decir que Martín se alegraba del abandono de Teresa Casal que se produjo a mitad de Pleno por cuestiones de salud, «porque igual lle beneficia nas votacións».
El ‘popular’ hizo entonces un amago de irse del Teatro, pero ni siquiera esta conjetura hizo que abriera la boca hasta el final. Tan solo en el último punto de la orden del día, el portavoz de la oposición pidió al regidor que retirara «todas las injurias» y la hipótesis dicha sobre Casal, aunque sin éxito.
Lejos de retractarse, Lores se reafirmó en todo lo dicho: «Non retiro nada». Por el contrario, el viceportavoz de la oposición, Jacobo Moreira, sí se pronunció, «avergonzado por el alcalde que tenemos». «A mí no me dijeron que ser concejal llevara implícito aguantar insultos», añadió.
Y, por si el asunto no hubiera levantado suficientes ampollas, el ‘popular’ intervino otra vez, presentando una interpelación dirigida al concejal García Lores sobre el coste del traslado. El interrogado recordó entonces que la actual Xunta se llevó el mobiliario cedido por el anterior bipartito y que ahora incluso prevé cobrar un canon mensual de 8.000 euros.
