Lores rechaza la oferta de la DGT de colocar radares y fotorrojos

Coches circulando por una de las principales entradas a la ciudad. r. E.
photo_camera Coches circulando por una de las principales entradas a la ciudad. r. E.

Ni los radares que inmortalizan el exceso de velocidade ni los fotorrojos que capturan con su teleobjetivo el paso en rojo de los semáforos serán instalados en el escaléxtric de Pontevedra.

Ambos aparatos están incluidos en los convenios marco que ha puesto la Dirección General de Tráfico sobre los ayuntamientos de la provincia, entre ellos el de la capital de provincia, pero el Gobierno local tiene otras prioridades más acordes con el modelo urbano que ha impulsado durante la última década.

El propio alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, se encargó ayer de adelantar la decisión, con independencia de que los técnicos municipales y los funcionarios de la Policía Local todavía están estudiando las ofertas incluidas en los cuatro convenios de colaboración que ha remitido la DGT al Ayuntamiento. Y lo hizo subrayando que Pontevedra tiene un modelo que ''aposta pola redución do uso do vehículo privado e pola redución da velocidade mediante medidas físicas que eviten que se produzan accidentes''.

El nacionalista admitió que en alguna ocasión se ha echado mano de los radares móviles, pero insistiendo en que se trata de un método de control del tráfico que no concuerda con los principios de su Gobierno. Ni Lores ni su equipo son partidarios de dominar la circulación a base de vigías o talonarios. ''Non imos poñer radar xa o digo claramente. Se optaramos por ese sistema, non optariamos polos 'lombos'. Non nos gusta perseguir a ninguén e, ademais, en Pontevedra os condutores se comportan ben nos pasos de peóns e circulan a unha velocidade razonable'', argumentó.

Con los mismo principios, Lores bloquea los postes de los semáforos a la colocación de fotorrojos, un tipo de cámaras que sacan instantáneas de los vehículos al pasar en rojo. En su opinión, este tipo de aparatos no tienen cabida en la ciudad por compartir la doctrina sancionadora. ''Non temos ningunha intención de sancionar a ninguén. Nós poñemos un modelo con pasos elevados para garantir os 30 quilómetros por hora e estas son unicamente medidas físicas. As medidas coercitivas non caben na nosa liña''.

Cuántos y a cuánto

Por el contrario, el alcalde en funciones sí abre su mano para acoger otro tipo de propuestas que ofrecen los convenios enviados por la DGT a las dependencias municipales.

A expensas del estudio en detalle por parte de los técnicos y el cuerpo de seguridad local, Lores opina que resultaría beneficioso hacerse con algunas de las cámaras de vigilancia incluidas en los pactos de colaboración. ''Actualmente temos 26, pero ao mellor si que nos interesa poñer algunha máis'', apuntó.

Igualmente, se muestra interesado por un nuevo software que, usando las captaciones de las videocámaras, permitiría controlar a distancia el tiempo de ocupación de las plazas de aparcamiento coronadas por las señales de carga y descarga, es decir, de aquellas en los que el tiempo de estacionamiento se reduce a quince minutos. ''Ademais, ese software faría que as cámaras funcionen mellor, sexan máis manexables e dean maís datos'', añadió.

Otro de los mecanismos que despiertan curiosidad en el grupo de Gobierno que capitanea Lores es el aforador, un artilugio que contabiliza a ras del asfalto el número de vehículos que pasan por un punto determinado y la velocidad a la que lo hacen. ''É unha das cuestións que temos pendentes e que seguramente utilizaremos. Polas diferentes obras que houbo na cidade, temos algunhas zonas nas que non controlamos as entradas e saídas. Á parte, permitirían facer un estudo de tráfico máis pormenorizado'', concluyó el alcalde.

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