PONTEVEDRA. Pese al escenario en el que se mueve la política, los recortes, el ascenso de rivales y una agenda que apenas deja renglones vacíos, el alcalde se ve con fuerzas para repetir candidatura en las próximas elecciones municipales de 2015.
Lores se siente "seguro", "respaldado " por todo el grupo municipal, "avalado" por los pontevedreses y con las fuerzas suficientes como para "seguir traballando por Pontevedra". "Estou disposto a cumprir os meus compromisos, resistir e defenderme desta situación. Síntome a gusto", aseveró hoy.
El nacionalista es consciente de que un quinto Gobierno podría levantar ampollas y críticas frente a la perpetuidad del cargo, pero afirma que nunca se ha pronunciado en contra de la consecución de mandatos y que en este momento no ve motivos para trastocar su línea de discurso: "Os cidadáns elixen aos seus representantes políticos cada catro anos, son soberanos. Non creo que perder capacidade de xestión e experiencia sexa positivo, pero o mesmo digo dos médicos que se xubilan aos 65 anos. Nestes anos tivemos subidas e baixadas, momentos nos que estivemos a punto de perder a Alcaldía. Os cidadáns nunca se enganan".
El alcalde cree que la acumulación de cargos merece una mención aparte, pero en un futuro capítulo. Ayer era el turno de hacer balance en el ecuador de su cuarto mandato, uno de los más "complicados" con los que se ha topado y uno de los más "intensos". "Para min está resultando como o primeiro Goberno, no senso de tomar decisións importantes. Adoptamos moitas determinacións por unha situación moi cambiante, que nos fai estar ao 120%".
Las restricciones aplicadas en el techo de gasto, la reducción de las transferencias de otras administraciones y el recorte de servicios son algunos de los factores citados por el regidor a la hora de describir la transformación del proscenio en el que se mueve la Administración local. "Fan que nada sexa igual que antes", afirmó.
Ahora bien, en vez de restarle fuerzas le han revertido energía. Lores se siente "con máis ímpetu que nunca" para seguir al mando del timón, dando continuidad a unas resoluciones que, según él, "tomáronse para garantir a saúde financieira, os servizos e a atención ás persoas máis necesitadas".
Socios y rivales
El regidor está "preocupado" por el cariz que están tomando los hechos, "porque cada vez hai máis familias en situación límite e creo que aínda non tocamos fondo". "Non hai día -añadió- no que non teñamos chamadas contando historias dramáticas. Ás veces, chegas á casa coa alma nos pés".
Sin embargo, apela a la calma y a la confianza en el equipo con el que comparte Gobierno. "Temos un equipo de traballo serio e capacitado para dar resposta á situación. Imos estar cos cidadáns, defendendo os intereses e non lles imos fallar. Ademais, son optimista, tarde ou cedo imos saír disto", subrayó.
Lores reconoció la existencia de "diferencias coñecidas a nivel político" con su socio de Gobierno, el grupo municipal socialista que dirige Antón Louro, pero niega efectos colaterales, interferencias negativas en el servicio que se le presta al ciudadano. "O pacto de Goberno está funcionando ben, cada un ten a súa responsabilidade", aseguró.
Evaluación distinta realizó de la labor de la oposición y del líder que está al frente, tanto que las brechas parecen insalvabales: "Moreira é capaz de inmolarse en defensa dos intereses do PP, e non vexo que teña o apoio unánime do grupo municipal que iniciou o mandato, nin sequera da base social. Á parte, a oposición limítase a actuar de apagalumes da política 'popular', primando os intereses partidistas, en lugar de velar polos intereses dos pontevedreses".
Los reconocimientos internacionales recibidos por el modelo de ciudad (con el premio Intermodes a la cabeza), fueron otro de los aspectos destacados por el regidor a la hora de diagnosticar la evolución del presente mandato. En este caso, con valoración positiva, pues cree que este tipo de galardones reportan fuerzas "para seguir na misma liña", "cun modelo que consiste na posta en valor o noso e na autoestima".
La salud financiera y la oposición y a la política económica de los grandes capitales completaron su intervención, donde no encontró tiempo o, quizás motivos, para hablar de obras.
