El asalto al panteón de una familia de etnia gitana, ocurrido en la madrugada del pasado viernes, ha ocasionado unos daños superiores a los 3.300 euros. «Sólo la puerta de cristal ya vale 3.000 euros, porque es artesana y lleva una serigrafía personalizada », apunta Augusto López, administrador del cementerio de San Amaro.
El trabajador está convencido de que el suceso fue protagonizado «por varias personas» y cree que que estuvieron presentes el día del entierro, hace un mes, «porque fueron a tiro fijo. No eligieron un panteón al azar».