Los tres vecinos de Vilaboa acusados de abusar de una menor con discapacitada niegan los hechos

El juicio contra tres hombres acusados de un delito continuado de abuso sexual a una menor discapacitada en Vilaboa continuará el próximo 9 de mayo tras suspenderse la vista iniciada este martes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra, en la que los procesados negaron los hechos y se declararon inocentes.

En la primera sesión del juicio han comparecido los tres acusados para los que la Fiscalía solicita nueva años de cárcel. Todos ellos se declararon inocentes, rechazando los cargos que les imputan que según la acusación habrían ocurrido entre el año 2003 y 2007.

El primero en declarar ante el Tribunal fue Aníbal M.F., de 28 años en aquella época, quien aseguró que iba a la casa de los padres de la menor a "hacer trabajos con el tractor" pero que "nunca" vio "nada" y ha señalado que ni siquiera era consciente de que la niña sufriese ningún tipo de retraso mental.

El fiscal le recordó que al ser detenido declaró ante la Guardia Civil que él subió a Enrique C.C., otro de los acusados, y a la menor a una cabaña en Vilaboa, ratificándose en estos hechos, pero no en el resto de aquella declaración que, según dijo, firmó bajo las presiones de los agentes del Cuartel de Moaña.

A continuación declaró Enrique C.C., que tenía entonces 33 años y era vecino de la supuesta víctima. "Era casi de la familia", respondió a las preguntas formuladas por el fiscal y la acusación particular. En su declaración, negó rotundamente que hubiese mantenido relaciones sexuales con la menor porque "no quería líos ella", contestó al ser preguntado. "Había rumores de que yo estaba con ella", ha indicado, por lo que, según declaró, la echó de su casa en la única ocasión en la que se quedaron a solas.

Además, Enrique C.C. manifestó en la vista que era mentira que hubiese subido en coche junto a la menor a la cabaña de Vilaboa tal y como acababa de explicar el otro procesado. También indicó que esta denuncia le ha "roto" la vida, ya que perdió el trabajo y su mujer, con la que tiene un hijo, le pidió el divorcio. Según ha asegurado, vive este caso "con angustia".

En cuanto al tercero de los acusados, José Diego G.R., de 33 años en aquella época, negó conocer a la menor, "sólo de verla por el pueblo". Contó que la Guardia Civil le presionó cuando acudió voluntariamente al cuartel porque le habían avisado "por un accidente".

Según ha declarado el tercer procesado, los Guardias Civiles le enseñaron un teléfono móvil y le dijeron que lo tenían todo grabado y que él "llorando" se lo inventó todo, relato, fechas y demás. Asimismo, ha señalado que la exesposa de Diego G.R. denunció a la menor un mes antes de la detención porque la amenazaba por teléfono.

AGENTES

Oidos los acusados fue el turno de los dos agentes de la Guardia Civil que instruyeron las diligencias del caso en el años 2007, pero que hoy no recordaban ningún detalle. "No recuerdo", "es posible", "mi memoria me impide recordarlo", "no puedo concretar ni precisar", fueron respondiendo los guardias, que no pudieron aclarar si estaban presentes los abogados cuando se les tomó la declaración a los detenidos.

Finalmente declaró la supuesta víctima, nacida en el año 1992. Lo hizo a puerta cerrada y detrás de un biombo a petición expresa de la acusación particular.

DELITO CONTINUADO

El fiscal Alejandro Santiago de Miguel sostiene que los tres acusados se dirigieron a la menor "en diversas ocasiones con la intención de satisfacer sus deseos sexuales con conocimiento de la situación de su menor edad, así como aprovechándose del retraso mental que la misma padece". El Ministerio público señala que estas situaciones se repitieron en otras ocasiones, al menos otras dos más hasta el año 2007.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito continuado de abuso sexual, por lo que solicita para cada uno de los acusados la pena de 9 años de prisión y en concepto de responsabilidad civil solicita una indemnización de 20.000 euros por los perjuicios sufridos.

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