Los vecinos de Campañó inician una campaña contra la planta de compost

Cartel colocado en Campañó. dp
photo_camera Cartel colocado en Campañó. dp

Los vecinos de Campañó han iniciado una campaña de pegada de carteles contra la posibilidad de albergar la planta de compostaje que prevén construir el Concello y la Deputación para el tratamiento y reciclaje de los residuos orgánicos de 21 ayuntamientos de la provincia.

Los impulsores acusan a la Comunidad de Montes de la parroquia de «traer a merda de toda provincia para o monte comunal», además de advertir de que el proyecto contaminará las traídas del agua, provocará «cheiros e ruídos» e implicará la circulación de «cen camións diarios de merda», reza uno de los carteles.

Algunos de los afectados han trasladado su malestar al concejal socialista Tino Fernández, que ayer se hacía eco de las quinielas que se manejan en las parroquias a la hora de situar la futura planta: «Dixéronos que a primeira opción barallada é Campañó, seguida das opcións do Salgueiral (Bora) e Lérez».

Las tres juntas de montes aludidas negaron a este periódico su interés en llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento, encargado de elegir la ubicación. El presidente de la comunidad de Campañó, José María Domínguez, aseveró que los comuneros «ya han rechazado la propuesta», mientras que el presidente de la comunidad de Lérez, Miguel Anxo Vilacoba, informó de que «a xente votou que non en asamblea, xa que non coñecíamos dabondo o proxecto e non deixa de ser unha actividade molesta». Por su parte, el presidente de la comunidad de montes de O Salgueiral, José Bravo, también descartó haber negociado el acogimiento de la planta, afirmando que se trata de una propuesta «que non está enriba da mesa».

En todo caso, el concejal socialista recriminó el pacto suscrito por BNG y el PP para impulsar la infraestructura y las supuestas negociaciones que han emprendido con las juntas de montes sin rendir cuenta al resto de afectados. A su juicio, esta alianza «huele mal» y actúa «sin mucha transparencia», pese a que se trata de un proyecto «que afecta a todos los ciudadanos de Pontevedra». «Los vecinos deberían decidir si están dispuestos a albergar este vertedero o si se deben buscar otras ubicaciones. Nosotros pensamos que Pontevedra no es el lugar adecuado», defendió el edil.

El concejal del BNG Césareo Mosquera evitó ayer poner nombre a las ofertas, si bien reiteró que hay propuestas de tres entidades privada de Meis, Silleda y Barro, de cinco comunidades de montes y de una empresa pública. Según añadió, las negociaciones «están moi avanzadas» y se podría conocer la opción ganadora antes de finalizar el plan de viabilidad contratado por la Deputación.

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