PONTEVEDRA. Los concellos limítrofes de Marín, Poio, Sanxenxo y Bueu están poniendo a prueba la capacidad de la red municipal de suministro de agua, que gestiona el ayuntamiento capitalino. La escasez de lluvias, el agotamiento de las reservas privadas y la sequía en general han empujado a los concellos vecinos a tirar de las fuentes de abastecimiento pontevedresas, conformadas por el río Lérez y O Pontillón do Castro.
No se explica de otra manera que el consumo haya bajado a nivel del municipio respecto a otros años y que, sin embargo, el caudal que suministran el embalse y el río esté alcanzando récords históricos. Por ejemplo, los casi 38.000 metros cúbicos que se consumieron en la primera semana de septiembre y que, a todas luces, se alejan de los 23.000 que se gastaban hace un año por esas fechas.
Otra prueba que pone al descubierto a los responsables del dispendio es el importe que abona el Concello pontevedrés por consumo. Este ha descendido en más de un 5% en los últimos dos años, sobre todo, tras la reducción del número de obras. «As empresas construtoras adoitan cosumir moito, pero coa crise baixaron o ritmo e iso nótase. Ao non haber obra, a construcción gasta menos auga. Ademais, a propia empresa (Aquagest) dinos que o consumo en Pontevedra é menor ao doutros anos, polo que a subida non se corresponde cos veciños do término municipal, senón cos doutros concellos», explicó hoy el portavoz del Gobierno local, Raimundo González.