Nuevo ataque impune contra la estatua de Valle Inclán en Pontevedra

Las gafas, los ojos y el pecho de la recreación de Valle Inclán, la estatua que preside la céntrica plaza de Méndez Núñez, fueron objeto de varias pintadas en lo que constituye el tercer ataque vandálico contra ella en poco más de un mes, y escasas semanas después de que los técnicos del Concello procediesen a la limpieza integral del monumento.

Los viandantes se sorprendieron ayer al comprobar la nueva cara de la escultura de César Lombera, con los ojos rojos y verdes, la cara manchada con los restos de la tinta empleada para pintarrajear las gafas y un corazón con una flecha en su pecho. La actuación de los gamberros, fechada probablemente en la noche del domingo, volverá a costarle un dinerillo a todos los pontevedreses, sin que el Concello haya dado aún con la tecla para protegerla.

La estatua, aunque no lleva demasiados años en las calles pontevedresas, se ha convertido en un icono para los ciudadanos y, sobre todo, para los visitantes. Pocos son los que la ven por primera vez y dejan escapar la ocasión de retratarse junto a la recreación del maestro del Esperpento. Sin embargo, la mano de los vándalos se ha cebado con ella en los últimos tiempos. Primero lo pintaron de rosa chicle, después con graffitis, y ahora de verde y rojo. Y todos los actos quedaron impunes.

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