La reforma integral del macroenlace de O Pino dio este lunes un paso decisivo hacia su inauguración definitiva. Los responsables de la obra abrieron al tráfico los cuatro carriles que conforman el viaducto de alta capacidad sobre la N-550, de modo que los 14.000 vehículos que, aproximadamente, transitan por este tramo, ya no tengan que bajar a las rotondas inferiores para continuar la marcha hacia su destino.
La Policía Local y la Guardia Civil de Tráfico estuvieron sobre el terreno durante toda la jornada para solucionar cualquier problema que se pudiese presentar. Sin embargo, la normalidad y la circulación fluida fueron las notas predominantes, como era de esperar.
El subdelegado del Gobierno, Delfín Fernández, y el director de la obra, Federico Saldaña, informaron el viernes pasado de este avance en los trabajos, y explicaron que esperaban, como así ha sido, una mayor fluidez y una buena respuesta del tráfico.
Los conductores deberán mantener la precaución, pues el nudo sigue en obras (sin ir más lejos, al pasar el viaducto hay una chicane a causa del puente del tren, que debe ser remozado). La reforma, cuya inauguración está prevista para dentro de un año, pondrá fin a los atascos en una zona que recibe 50.000 automóviles al día.
