Piden 28 años para el procesado por el crimen de las chinas

El procesado, en A Parda (i), y la lápida de Guang Qu, la fallecida cuya hija se presenta como acusación. D. freire
photo_camera El procesado, en A Parda (i), y la lápida de Guang Qu, la fallecida cuya hija se presenta como acusación. D. freire

PONTEVEDRA. El último gran crimen (Sonia Iglesias aparte) cometido en la ciudad de Pontevedra en los últimos años está a punto de llegar a la Audiencia Provincial. El fiscal jefe, Juan Carlos Aladro, y la acusación particular (hasta ahora desconocida) promovida por Weiyuan Tang, hija de Guang Qu, una de las dos mujeres chinas que resultaron muertas a manos, presuntamente, de dos compatriotas suyos en abril de 2009, ya han terminado su trabajo en aras de calificar los hechos de forma definitiva. Ambas partes coincidieron en señalar lo ocurrido como un doble delito de homicidio que, según los letrados de la familiar de una de las víctimas (el prestigioso despacho pontevedrés Mareque-Malvar) y el fiscal jefe, se ve agravado por la circunstancia de abuso de superioridad, lo que eleva la petición de condena para Zhang Hai Jie, presunto coautor del crimen, a 28 años de prisión (14 por cada delito). Su supuesto cómplice, plenamente identificado e incluso localizado por las autoridades españolas, logró esquivar la acción de la Justicia amparado por la impunidad que le ofrece la legislación de su país, China, donde se le da cobijo por ahora.

El escrito de calificación redactado por la acusación señala que «en fecha no suficientemente concreta, entre el 25 y el 26 de abril de 2009, Zhang Hai Jie se desplazó a Pontevedra en compañía de otra persona, también de nacionalidad china». El objetivo era muy claro, según las investigaciones policiales: acabar con la vida de sus compatriotas Guang Qu y Kung Yong, residentes en un piso de Amado Carballo. Un doble homicidio por encargo, según la Policía, para el cual el procesado y su supuesto cómplice (él sí conocería a las víctimas, no así el arrestado), «procedió a dar muerte a las habitantes del piso produciéndole la asfixia por estrangulamiento a Kung Yong y la asfixia mecánica por sofocación a Guang Qu, mediante la obstrucción de los orificios de respiración con cintas adhesivas de embalaje, las cuales fueron utilizadas igualmente para atar sus piernas». El relato de los letrados puntualiza que «ambas (víctimas) intentaron defenderse, siendo dicha defensa ampliamente superada y reducida tanto por Zhang Hai Jie como por la otra persona de la que estaba acompañada».

Consiga AQUÍ la información completa

Comentarios