El alcalde de Poio denunciará ante la Fiscalía los altercados en el Pleno

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El Concello de Poio denunciará ante la Subdelegación del Gobierno y Fiscalía los hechos ocurridos en el Pleno celebrado el pasado martes, en el que un grupo de vecinos de Monte Porreiro, Caritel y Boa Vista se manifestaron de forma violenta, impidiendo la salida normal de los concejales del Ayuntamiento, dañando el coche del alcalde (le desincharon las cuatro ruedas y lo rayaron por los costados) y obligándolo a dejar el Concello escoltado por la Guardia Civil, entre insultos e incluso intentos de agresión. Los manifestantes causaron además desperfectos en el Ayuntamiento, rompiendo varias macetas y cortando el suministo de agua y luz dos veces.

Según indicó ayer el regidor municipal, Luciano Sobral, los servicios jurídicos municipales están ya trabajando para remitir los correspondientes informes a la Subdelegación y a Fiscalía y espera que la documentación se envíe entre hoy y mañana. De este modo, el alcalde espera que se depuren responsabilidades. Tal y como añadió, "a Garda Civil dixo que identificaran a un par de persoas". También la Subdelegación aclaró que la Benemérita identificó a varios individuos, aunque no precisó el número, y señaló que por ahora no hay ninguna investigación abierta, pero que se comenzará en el momento en el que el Concello presente la denuncia.

El alcalde aprovechó para pedir calma a la ciudadanía y explicó que se siente "preocupado", pues "o que fixeron onte estas persoas non é a forma de resolver o conflicto. Temo como poida acabar todo esto e espero que non vaia a máis e estes feitos sirvan para reflexionar".

En palabras de Sobral, "entendo que haxa preocupación na xente polo proceso de realoxo, pero non a actitude demostrada. Eu sempre apostei por sentar ás partes implicadas e buscar unha solución pacífica".

Reiteró que "as familias xitanas implicadas teñen asinados contratos de alugueiro nesas vivendas e hai que ver como evoluciona a situación antes de dar calquera marcha atrás nos realoxos. Nós seguimos insistindo en que a vía para solucionar este problema é o diálogo", indicó, y aclaró sentirse intranquilo "porque me preocupa que estes feitos poidan provocar unha reacción negativa na outra parte afectada (refiriéndose a las familias gitanas), que non sería desexable e podería derivar en conflictos aínda máis fortes".

Aunque el alcalde fue el que se llevó la peor parte (tuvo que ser trasladado a su domicilio en un vehículo de la Guardia Civil), los demás concejales del grupo de Gobierno también sufrieron la ira de los manifestantes.

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