PONTEVEDRA. La Casa del Inmaculado Corazón de María celebró hoy una fecha importante en el calendario de la fe cristiana. El santuario mariano conmemoró el 88 aniversario de la aparición de la Virgen y del Niño Jesús a Sor Lucía, la vidente de Fátima.
Según la creencia religiosa, el 10 de diciembre de 1925 la entonces postulante de religiosa dorotea Sor Lucía vio a la Santísima Virgen que, como le había prometido en la tercera aparición del 13 de julio de 1917, vendría a pedir la comunión reparadora de los primeros sábados de mes y la consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María.
Años más tarde -en 1926 y en 1929- esas apariciones se complementaron con otras revelaciones en Tui,donde la Virgen vino a pedir la consagración del mundo y, particularmente, de Rusia.
Actos
Al cumplirse 88 años de la aparición de la Virgen, el santuario de la zona monumental, propiedad del Apostolado Mundial de Fátima, albergó durante la tarde de hoy una programación de actos con los que los devotos recordaron la efeméride. El capellán de la Casa de las Apariciones, el padre Ángel, siguió la exposición del Santísimo Sacramento, el rezo del Santo Rosario y la bendición con el Santísimo. Tras una misa solemne los creyentes acompañaron a la figura de la Virgen de Fátima en la procesión que recorrió distintas calles del centro histórico.
La imagen, que presenta a la Virgen con espinas en la mano y al Niño Jesús a su lado, como la aparición que reveló Sor Lucía, solo procesiona una vez al año, con motivo de esta efeméride.
Con el fallecimiento de Sor Martina, la Casa del Corazón de María se había quedado con una única religiosa, la hermana Benedicta. A pesar de todo, el Apostolado Mundial de Fátima nunca consideró el cierre de este importante centro de devoción y peregrinación mariana porque son muchos los visitantes que recibe todos los años, principalmente procedentes de Portugal (cabe recordar que las apariciones de la Virgen a los videntes de Fátima empezaron en Cova da Iría en 1917).
Desde el pasado 16 de julio una nueva comunidad de religiosas se hizo cargo del cuidado y de la administración de la Casa-Santuario del Inmaculado Corazón de María: la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel. La comunidad que gestiona este centro de culto y devoción está compuesta por la superiora, la madre Lorena, y por las hermanas María y Belén.
