Pontevedra implanta la iniciativa ‘bocata pendiente’ para personas necesitadas

PONTEVEDRA. Dejar pagado un bocadillo a las personas necesitadas que no disponen de recursos económicos es el objetivo de la iniciativa solidaria ‘bocata pendiente’ que desde anteyer, día de Reyes, está en funcionamiento en la Cafetería Quiosco. Este establecimiento hostelero, situado en la Praza da Liberdade, también es el único de la ciudad adherido a la campaña ‘café pendiente’.

La pizarra en la que el personal de la cafetería apunta los bocadillos que dejan pagados los clientes ya tiene dos anotaciones. «Aún no ha venido ninguna persona a pedir el bocata. En cuanto se divulgue que ofrecemos este servicio seguro que vendrán a pedirlo», explica el propietario del local, Jonathan Silvoso.

«No buscamos obtener beneficio sino canalizar la ayuda que les ofrecen nuestros clientes a las personas que no tienen dinero suficiente para comer», destaca el gerente de la Cafetería Quiosco. «Por dos euros servimos un bocata frío de pan baguette y embutido que iremos variando, que será de jamón, chorizo o queso. Además, les damos un botellín de agua».

Sustento

Los indigentes pueden ir a buscar el bocadillo a cualquier hora del día. «Si vienen por la mañana el bocata les permitirá reponer fuerzas hasta la noche, y si vienen a última hora del día tienen algo que comer hasta la jornada siguiente. Además, pueden pedir el café pendiente y un bollito para llevar, que proporcionamos desde el verano de 2012. Esta iniciativa está funcionando muy bien», precisa Jonathan Silvoso.

El personal que atiende el negocio despacha una media de cinco o seis cafés pendientes al día, sobre todo a personas que durante el día piden limosna en las entradas de los establecimientos comerciales del entorno y a los gorrillas que ayudan a los conductores a buscar una plaza de aparcamiento en distintos lugares de Campolongo.

«Seguro que el bocata pendiente va a tener éxito porque hay muchas personas que necesitan más algo que llevarse a la boca que un café», pronostica el dueño de la Cafetería Quiosco. En todo caso, advierte de que «para que esta iniciativa funcione bien es necesario que la gente colabore».

En este sentido, destaca que «los pontevedreses son muy solidarios, por lo que estoy convencido de que vamos a efectuar muchas anotaciones en la pizarra de los bocatas pendientes. Seguro que ninguna persona necesitada se va a quedar sin tomarlo porque siempre habrá fondos suficientes en el bote».

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