Problemas para estacionar y dudas de los usuarios en la puesta de largo del Centro de Salud de A Parda

El centro de salud de A Parda vivió ayer su segunda jornada de actividad, aunque fue la primera con un volumen importante de pacientes, ya que el lunes no había citas programadas. Cientos de usuarios de toda la ciudad acudieron a la moderna instalación sanitaria, donde se encontraron con varias sorpresas. La primera, los grandes problemas para estacionar los vehículos particulares; la segunda, las colas, que estuvieron presentes en torno al mostrador de la entrada durante toda la mañana, y la tercera, los problemas de coordinación e información que provocaron la presencia en A Parda de pacientes que deben continuar en el Virgen Peregrina, por una parte, y las prisas de los vecinos de la zona por adscribirse al complejo, no conscientes de que este trámite se debe plantear en el viejo ambulatorio al que todavía pertenecen, por otra.

Pese a todo, la primera jornada de A Parda a pleno rendimiento transcurrió con relativa normalidad. Los ambiciosos planes del gerente de Atención Primaria, Manuel Castro Pazos, en los que adelantaba que el objetivo que se marcaban era el de una espera de «diez o quince minutos, como máximo», tendrán que esperar varias semanas para hacerse realidad. En la jornada de ayer, sólo ante el mostrador de recepción se alcanzaban esos tiempos de aguarda, y se espera que esto sea así durante todo el proceso de transición de pacientes hacia el nuevo centro de salud.

Para minimizar estas molestias, el propio Castro Pazos pedía el lunes a los vecinos de las inmediaciones del centro que pretendan cambiarse que lo hagan «poco a poco, para no saturarnos». Pese a ello, ayer se pudieron ver varios ejemplos, que fueron remitidos al ambulatorio Virgen Peregrina para solicitar el trámite.

Errores en los cambios

En este primer día de funcionamiento al cien por cien de la nueva instalación sanitaria se pudieron constatar también los primeros problemas con los cambios de centro y de médico. Pacientes que llegaban al mostrador de A Parda preguntando por un doctor o una doctora que continúa en la Alameda, creyendo por algún error informativo que ha sido trasladado vertieron las primeras críticas al CHOP, unas críticas a las que se adhirieron los que tuvieron que hacer esperas más largas y los que no pudieron encontrar un lugar para aparcar correctamente.

Pero las consecuencias de este gran cambio en el dibujo sanitario del día a día para miles de pontevedreses no sólo se está dejando notar en el nuevo centro de A Parda, sino que están teniendo rebotes en el ambulatorio Virgen Peregrina y en los propios hogares de los ciudadanos.

Efecto ‘rebote’

Una usuaria se quejaba amargamente en la tarde de ayer cuando, después de que le hubiesen comunicado que su doctora había sido trasladada a las nuevas instalaciones de la parte alta de la ciudad, pedía cita vía telefónica y le remitían al ambulatorio de la Alameda. «En principio voy a acudir a la Alameda y veremos qué sucede. Pienso que deberían actuar con más diligencia y sobre todo con más previsión, porque de ello depende la salud de todos los vecinos», declaró.

En cuanto al aparcamiento, las imágenes que se pudieron ver durante toda la jornada de ayer dejan clara la necesidad de buscar una solución de manera inmediata. Las plazas de las inmediaciones del complejo sanitario permanecieron ocupadas de manera constante, y el único parking propio del centro se mantuvo repleto desde primeras horas.

El concelleiro de Infraestruturas, Cesáreo Mosquera, que ayer indicaba que esperarían a comprobar las necesidades reales para actuar en consecuencia y dotar a la zona de un nuevo lugar de estacionamiento, adelantó al mismo tiempo que la propuesta podría ser «un aparcadoiro soterrado, para manter as zonas verdes».

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