La capital provincial volvió a ser escenario de un grave episodio de violencia de género durante la semana que ayer finalizó. La víctima fue, en esta ocasión, una mujer de 81 años de edad, y el supuesto agresor, su pareja, de 62. Una brutal paliza, según todos los indicios, del hombre a su mujer se saldó con la octogenaria ingresada de urgencia en el Hospital de Montecelo (con policontusiones en varias partes del cuerpo) y con el sospechoso entre rejas, en el Centro Penitenciario de A Lama.
Los hechos, que tuvieron lugar el martes, no llamaron la atención, como ocurre en otras ocasiones, de los viandantes. El agresor golpeó a su compañera en la cara y en el cuerpo (mostraba claros signos de violencia en las primeras exploraciones que le efectuaron en el centro sanitario), incluso, al parecer, alguna fractura.
Decisión del fiscal
El fiscal que se encontraba de guardia en A Parda en el momento en que se cometió el delito, Benito Montero, tomó la determinación de solicitar el ingreso inmediato en prisión, de forma preventiva, de este pontevedrés de 62 años ante la posibilidad de que ''este home faga algo peor''. Montero explicó que el imputado está bajo tratamiento psiquiátrico, y este y otros factores le hicieron pensar que la víctima iba a estar en grave peligro si su pareja volvía a la calle, aún cuando dictasen contra él una orden de alejamiento.
La decisión de Montero, ratificada después por el juez, no es habitual en estos casos, en los que se suele optar por el alejamiento, pero los condicionantes de este suceso así lo aconsejaron.
El episodio viene a engrosar las cifras de delitos contra la integridad y la libertad de las personas, los más graves de cuantos se pueden cometer y, curiosamente, los únicos que han crecido claramente en los últimos años en la ciudad de Pontevedra.
Los casos de malos tratos a la pareja y en el ámbito familiar están a la orden del día en la ciudad, como se puede comprobar a través de las informaciones que trascienden todas las semanas. La unidad contra la violencia de género de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra realiza un ingente trabajo con la intención de aumentar el número de mujeres que presentan denuncias por hechos de este tipo. Sin embargo, las cifras siguen siendo preocupantes, pues entre las víctimas mortales a manos de sus parejas, solo un 30 por ciento se había dirigido antes a la Policía.
