PONTEVEDRA. El pasado fin de semana fue más prolífico de lo habitual para los amigos de lo ajeno que habitualmente intentan hacer su particular agosto en los establecimientos de ocio nocturno de Pontevedra. Los smartphones, teléfonos móviles de última generación y que cada vez están en manos de un mayor número de población, se han convertido en un objeto de gran valor en el mercado ilícito, por lo que son uno de los principales objetivos de los cacos que campan en la noche.
La Comisaría Provincial de Pontevedra recibió numerosas denuncias por hechos delictivos de este tipo ocurridos, según las presuntas víctimas, durante el pasado fin de semana en el entorno (o el interior) de los locales de ocio nocturno de la ciudad.
Uno de ellos, Antonio López, explicó su caso a este periódico. "Estaba en la barra del bar y decidí posar la cazadora encima de un taburete. Es algo que suelo hacer en ocasiones, y hasta ahora no había tenido ningún problema. Me despisté un momento y cuando volví a cogerla habían desaparecido en móvil y la cartera".
