San Cibrán cura el mal de ojo a cientos de personas en una romería muy animada

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La parroquia de Tomeza celebró ayer el Lunes de Pascua por todo lo alto, como es costumbre, con su romería en honor a San Cibrán. La ermita del monte de Lusquiños recibió a cientos de personas que acudieron a librarse del mal de ojo y espantar a las ‘meigas’, como marca la tradición del lugar.

Después del escaso éxito del pasacalles del domingo, pasado por agua, la mañana de ayer comenzó animada ya desde las 09.00 horas, cuando tuvo lugar la primera misa en San Cibrán. Hasta mediodía se fueron repitiendo eucaristías cada hora en la capilla del monte de Lusquiños, pero fue a las 13.00 horas cuando se alcanzó el punto álgido, durante la misa solemne, a la que, según la organización de la romería, «acudió más gente que otros años».

Sin duda, el mayor atractivo de esta festividad religiosa es el ritual para librarse de los malos espíritus, consistente en dar nueve vueltas a la ermita, preferiblemente en sentido contrario a las agujas del reloj, mientras se tiran pequeñas piedras al tejado de la misma. Esta tradición llama la atención de pequeños y mayores, que año tras año se unen a esta práctica. Además, para asegurarse de que la protección es efectiva, los fieles pasaron por debajo de la imagen de San Cibrán por lo menos en tres ocasiones. Otra acción muy común en el Lunes de Pascua de Tomeza es la bendición de ramos y flores, compuestos generalmente por cinco plantas distintas entre las que se encuentran el olivo o la malvarrosa.

Una vez que los asistentes se libraron del mal de ojo, pudieron disfrutar de los cánticos y bailes que ofrecieron las agrupaciones Os Canteiros de Tomeza, Os Chaneiros de Marín y las pandereteiras As Estreliñas de Tomeza.

Como en toda romería, la gastronomía es un punto de gran importancia, por eso se instaló en el entorno de la ermita un bar en el que los asistentes pudieron degustar pulpo, churrasco y empanada. El momento de la comida fue, según la organización, uno de los más bajos de la jornada, pues muchas de los asistentes prefirieron ir a comer a sus casas.

Ya por la tarde, el ambiente festivo volvió a invadir San Cibrán de Tomeza. A las 18.00 horas tuvo lugar la segunda misa solemne del día, oficiada por el padre Luis. Después de la ceremonia, los devotos de San Cibrán despidieron la romería hasta el año que viene con música y bailes en una verbena que comenzó sobre las 19.30 horas.

Los encargados de amenizar la noche fueron las agrupaciones Solara y Ritmo Joven, que con sus animados ritmos consiguieron que se acercasen al monte de Lusquiños centenares de personas.

Organización

Los preparativos para la celebración de la romería de San Cibrán comenzaron tan solo una semana antes de la fiesta, durante el Domingo de Ramos.

Este fue el primer año que Rocío Muíños estuvo a cargo de la organización, pero confiesa que «los vecinos colaboraron mucho y muy bien» para que todo saliese adelante sin problemas.

Muíños explica que el domingo anterior a la romería se dedicaron a la recaudación de donativos en la parroquia y el lunes y martes se centraron en solicitar los permisos necesarios tanto en el Concello como en la Deputación.

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