Pocos romeros acudieron a Tomeza a espantar el 'meigallo'

San Cibrán se está quedando sin trabajo. El santo de Tomeza al que acuden los devotos para que les cure el ‘mal de ollo’ y les espante el ‘meigallo’ tuvo ayer una jornada bastante tranquila, muy distinta a la de romerías de años anteriores.

Muy pocos creyentes se desplazaron hasta la cima del monte de Lusquiños. La mayoría de los que accedieron a la cumbre para asistir a alguna de las misas matinales utilizaron el coche como medio de transporte. Por contra, los caminantes que recorrieron el sendero que une O Marco con la ermita de San Cibrán se pudieron contar con los dedos de las manos.

El de ayer parecería un día como otro cualquiera en Tomeza, a no ser por la música del grupo de gaitas "Savianova Terrible’ de Nantes y por las bombas de palenque lanzadas a primera hora de la mañana y después de la celebración litúrgica de campaña oficiada por José Lorenzo a las 13.30 horas, en la que participó el coro Bella Helenes. Incluso no había ni rastro de las numerosas tiendas de campaña que otros años estaban instaladas a ambos márgenes del vial por el que se accede a la capilla de Lusquiños.

Las condiciones meteorológicas adversas desanimaron a los devotos. La lluvia intermitente y el frío no fueron los mejores aliados de San Cibrán ni de los jóvenes que en años anteriores se calzaban zapatillas de deporte y se vestían con ropa cómoda para efectuar el ascenso al monte de Lusquiños para disfrutar de la romería y de una jornada de convivencia en compañía de sus amigos.

Comentarios