''Habían logrado salir sin que nos diésemos cuenta, pero cuando vimos que en el probador había alarmas y no ropa pensamos en aquellas niñas. Poco después volvieron a pasar por delante de la tienda, y fue cuando las hicimos entrar y les abrimos la mochila. Llevaban gran cantidad de ropa, la mayoría de Zara, pero también de otras tiendas''. Una de las empleadas de Springfield, que tuvo la pericia y el arrojo suficiente como para abordar a las sospechosas en plena calle, tras identificarlas, y hacerlas entrar al establecimiento hasta la llegada de la Policía, explica de este modo la escena que le tocó vivir en la tarde del jueves, en hora punta comercial.
Tres adolescentes de 14 años, todas ellas vecinas de Pontevedra, arguyeron un plan para robar todas las prendas de ropa que les fuese posible en esa tarde, y trazaron una ruta en la que irían de tienda en tienda, llevándose todo lo que podían con un modus operandi más rudimentario de lo que suele ser habitual: se introducían en los probadores, arrancaban los sistemas de alarma (causando daños en las propias prendas) y salían sin infundir sospechas, o eso pensaban ellas.
Comenzaron en Zara, la tienda que atrae a una mayor cantidad de público y donde pueden actuar con mayor impunidad. Eran las siete de la tarde, minuto arriba, minuto abajo. De allí se llevaron varias prendas, siguiendo el patrón anteriormente explicado.
A continuación se dirigieron a Beautiful, una tienda de moda de reciente implantación en la 'milla de oro', de capital chino, de donde también lograron huir con su botín sin ser descubiertas.
Su última parada fue en Springfield, donde sí fueron detectadas, aunque no en un primer momento, por los empleados. Fue en un segundo paso ante las puertas del establecimiento cuando dos de ellas fueron abordadas por una de sus empleadas (la tercera logró escabullirse), que las obligó a entrar en el local y a abrir la mochila. En medio del desconcierto, y en vista de que habían sido descubiertas (la bolsa estaba llena de ropa con las alarmas arrancadas), una de ellas logró escapar, pero los dependientes consiguieron retener a la tercera hasta que llegó la Policía Nacional. Eran las ocho menos cuarto, aproximadamente.
Los agentes identificaron a la menor, que carecía de documentación, por lo que fue trasladada a dependencias policiales. En el interior de una bolsa se le intervinieron varias camisetas, jerseys y una camisa, aunque estos no fueron los únicos objetos que robaron: otra de las jóvenes acudió a la Comisaría instantes después, en respuesta a una llamada de su cómplice, y declaró que había escondido la otra parte del botín en un contenedor de Andrés Muruais, extremo confirmado después por la Policía.
