Un curso de la UNED en Pontevedra enseña a combatir la ansiedad ante exámenes

PONTEVEDRA. El centro de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en Pontevedra acogerá desde mañana un curso que enseñará a los alumnos a combatir y liberar la ansiedad que generan los exámenes, en especial los de acceso a la universidad o el práctico para el carné de conducir.

Las clases, que se prolongarán hasta el próximo 14 de enero y se podrán seguir por vídeo conferencia en las aulas de Tui y Lalín, serán impartidas por la psicóloga Susana Redondo, quien explicó que la intensidad de las técnicas que impartirá son progresivas, en función del grado de afectación de la ansiedad en cada alumno.

Y es que hay quien lleva muy mal el hecho de ser evaluado, hasta el punto de que la ansiedad que ello le genera le "perturba su capacidad de rendimiento", mientras que otros, por el contrario, cuando mejor rinden es bajo presión.

Aparte de aspectos endógenos los hay exógenos, como la trascendencia del examen -"no es lo mismo un parcial que un final de carrera", apostilla la psicóloga-; si es escrito u oral, la "actitud" del profesor o si el aula está bien ventilada o hace excesivo calor.

Por su experiencia profesional, el peor trago que pasan sus pacientes es el examen práctico del carné de conducir, hasta el punto de que algunos llegan a "no acordarse de cómo arrancar el coche o de cambiar una marcha".

El curso que impartirá desde mañana en la Uned de Pontevedra empezará con la respiración abdominal y con ejercicios con la nasal, y proseguirá con las técnicas de relajación progresiva de Jacobson, que consisten en contraer y relajar diferentes músculos del cuerpo.

Para los casos en que esto no sea suficiente hay un plan b: las técnicas de neutralización de pensamientos negativos y su transformación en neutros.

Redondo detalla que entre esas técnicas figura la elaboración de una agenda de planificación de los tiempos de estudio y de los exámenes, y la fijación de unas "metas realistas" que sirvan para ponderar "qué es un fracaso y qué no lo es".

La psicóloga abunda en que hay una serie de "distorsiones cognitivas del pensamiento" como, por ejemplo, pensar: "como suspendí un examen, lo volveré a suspender", o, directamente, "soy un fracaso", que suelen "bloquear" a los alumnos a los que más afecta la ansiedad.

Luego hay otros consejos más extendidos en el imaginario colectivo como evitar los "atracones" de codos a última hora, dormir y descansar bien, así como cuidar la alimentación en vísperas de un examen, además de evitar comentarios previos sobre el temario con otros compañeros.

En líneas generales, entiende que existe una tendencia a la dramatización de todo tipo de pruebas.

"Desde pequeños, tendemos a competir", enfatiza Redondo, quien llama la atención sobre la costumbre cada vez más creciente de los padres de "comparar las notas" de sus hijos con las de otros, y de "atiborrar" a los niños con "miles de actividades extraescolares".

"Nos estamos olvidando de lo importante: tanto niños como jóvenes y los adultos, todos necesitamos vivir con calma. Estamos llevando el estrés al máximo", reflexiona.

Por eso, valora que últimamente se vuelva a dar una importancia cada vez mayor a la inteligencia emocional, que, entre otras cuestiones ayuda a "sobrellevar mejor la presión".

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