Un intenso olor a gasoil obliga a cerrar durante dos días la guardería O Toxo

Bomberos, Policía Local y trabajadores de la guardería O Toxo, a la entrada de las instalaciones. j.cervera-mercadillo
photo_camera Bomberos, Policía Local y trabajadores de la guardería O Toxo, a la entrada de las instalaciones. j.cervera-mercadillo

PONTEVEDRA. Un insoportable olor a gasoil obligó ayer a suspender la actividad lectiva en la guardería O Toxo, una medida que se amplió a la jornada de hoy, según las notificaciones recibidas por los padres de los pequeños.

La intensa concentración de gases se detectó a las 7.45 horas, cuando los trabajadores llegaron al centro. «Nada más entrar ya notamos un fuerte olor, entre gas y gasoil. Era muy intenso porque la guardería estuvo todo el fin de semana cerrada y no tuvo ventilación ninguna», explicaron.

La primera reacción fue abrir las ventanas y dar aviso a los Bomberos. Paralelamente, se dio aviso a los padres para que no llevasen a los niños al centro, puesto que se iba a tomar la decisión de suspender toda la actividad.

No obstante, algunos progenitores ya estaban en ruta y, al llegar a la entrada de la guardería, no ocultaban su sorpresa ante el despliegue de Bomberos y Policía Local. «Pensaba que había un incendio o algo así», indicó una madre con su hija en brazos, para añadir que «ahora tendré que avisar a los abuelos para que se queden con ella». La otra alternativa que ofreció O Toxo, ante lo improvisado de la situación, era derivar algunos niños a la guardería de Campolongo, a la que también se desplazaron algunas trabajadoras para que los pequeños no se sintiesen demasiado extraños.

Los Bomberos inspeccionaron a fondo las instalaciones del centro educativo y efectuaron diversas mediciones. También acudieron técnicos de Repsol para verificar la caldera y la instalación del gas.

Varios vecinos, al percatarse de lo ocurrido, se acercaron al lugar para certificar que el fuerte olor a gasoil fue una constante todo el fin de semana en diversos puntos del lugar, desde la avenida de Reina Victoria hasta Manuel del Palacio, pasando por el entorno del río Gafos.

Los gases procedían de la red de alcantarillado, a la que llegaron después de que alguien efectuase la limpieza de una caldera entre las calles González Besada y General Rubín, y vertiese las aguas al colector de fecales, lo que está totalmente prohibido, por lo que se impondrá una fuerte multa a los responsables.

Mareos entre el alumnado del Sánchez Cantón

Hasta la entrada de la guardería O Toxo se acercó ayer, a primera hora,el director del IES Sánchez Cantón para advertir a los Bomberos que en su centro también había una importante concentración de gases.

Los funcionarios efectuaron diversas mediciones en el interior y descartaron que hubiese riesgo para la salud de alumnos y profesores, por lo que se acordó mantener la actividad lectiva. Eso sí, con las ventanas abiertas.

No obstante, algunos padres aseguraron que sus hijos llegaron al mediodía «con mareos y dolores de cabeza», y expresaron su malestar porque no se hubiesen suspendido las clases. «Deberían ser más prudentes cuando lo que está en juego es la salud de las personas», añadieron. Este periódico intentó ayer conocer la versión del centro, pero «una importante reunión» impidió contactar con su responsable.

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