Un motero asturiano emplaza a los pontevedreses a donar médula tras rodar 8.000 km.

López recibiendo el diploma de la Asociación de Donantes y Receptores de Órganos. gonzalo garcía
photo_camera López recibiendo el diploma de la Asociación de Donantes y Receptores de Órganos. gonzalo garcía

Pontevedra fue ayer escenario de la penúltima etapa de uno de los recorridos más solidarios que ha visto pasar. Se trata de la particular «vuelta a España» iniciada el pasado 5 de abril por José Luis Martínez, un vecino de Asturias de 38 años que lleva recorrida casi toda la península en moto con un solo objetivo: desmitificar la donación de la médula ósea y captar nuevos donantes.

«La donación es mucho más fácil de lo que la gente cree. No es un simple análisis de sangre, pero tampoco una operación a corazón abierto. Con una simple muestra de sangre ya se sabe qué tipo de médula tienes y, si esta es compatible con la de alguna persona enferma, la puedes donar mediante un proceso similar al de donación de sangre. El pinchazo que tanto teme la gente no es como se dice y se practica en pocos casos, cuando el médico lo estima conveniente», subrayó a su llegada a Pontevedra.

López ha rodado sin descanso durante las últimas semanas, haciendo paradas en las 52 capitales de provincia de la Península y algunas ciudades como Santiago de Compostela, Ferrol y Tarifa, a donde se quiso desplazar «para llegar hasta el fondo de España». El recorrido finalizará hoy en Tineo, el pueblo asturiano donde reside y en el que dio el pistoletazo de salida a la iniciativa.

«Inolvidable»

Durante el trayecto el piloto se ha topado con todo tipo de situaciones y reacciones, siendo algunas más alentadoras que otras. De hecho, lo que más le ha llamado la atención ha sido la actitud de la gente y la diferencia entre territorios, «porque cada región es un mundo y completamente diferente a la anterior». «En algunos sitios la gente reaccionó de maravilla y en otros fue un desastre», señaló.

En un principio estimaba que el recorrido sería de unos 7.000 kilómetros, pero finalmente el viaje ha superado los 8.000 «por un error de cálculo». La moto y su estado físico se han resentido, aunque no duda al aseverar que el esfuerzo ha merecido la pena. Sus campañas informativas han conseguido aumentar el número de donantes y, pese a que desconoce cuántas personas se han inscrito en el registro internacional de donantes, está convencido de que su labor puede salvar vidas. «Mucha gente me dijo que se hizo donante, no se cuántos, pero seguro que muchos más de los que había. Si de cada 1.000 papeles que reparto, 100 lo leen y dos donan, ya ganamos dos vidas», apostilló en la Praza da Peregrina.

López tildó la experiencia de positiva e «inolvidable» y no solo por la parte solidaria de la iniciativa. Hace unos meses, tras su segundo trasplante de médula, su situación era bien distinta: «Tuve una depresión muy grave y las pasadas navidades estuve dos veces al borde del suicidio».

Motor de arranque

Tras superar los últimos baches y conocer que cerca de 300 personas fallecen al año en España por la falta de donantes de médula, «la mayoría niños pequeños», López decidió lanzarse a la carretera para contribuir a la causa. «Pensé que había que hacer algo, porque veía que nadie informaba sobre este tipo de donaciones. Nunca vi un anuncio en televisión, ni un autobús explicando el proceso o una carta en casa con información. Por eso decidí hacer esto», explicó.

El piloto fue escoltado a su llegada a Pontevedra por integrantes de la Plataforma Motera para la Seguridad Vial, que preside el pontevedrés Manuel Picón, y varios agentes de la Policía Local, a los que agradeció su colaboración. El recorrido finalizó en la Praza da Peregrina a primera hora de la mañana, donde fue ubicada ‘ex profeso’ una mesa informativa sobre la donación de médula.

El portavoz de la Asociación de Donantes y Receptores de Órganos, Celso García, le hizo entrega de una medalla y un diploma, mientras que Rosa María Granero Reyes, organizadora de campañas informativas sobre la donación de médula, le agradeció personalmente su labor solidaria.

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