Una caldera en mal estado obliga a los Bomberos a 'peinar' Pontevedra

Un camión y un coche de Bomberos y varias patrullas de la Policía Nacional pasaron buena parte de la mañana de hoy en la calle Gagos de Mendoza (perpendicular a Rosalía de Castro, justo detrás de la Audiencia Provincial de Pontevedra), hasta que lograron resolver satisfactoriamente una incidencia que mantuvo en vilo a los vecinos de todo el vial durante más de dos horas.

Un ruido persistente cuyo origen nadie sabía localizar con la precisión necesaria, acompañado de un fuerte olor a gas que iba y venía (y que finalmente no procedía del mismo lugar en el que se detectó la avería) pusieron en jaque a media docena de efectivos del Parque Municipal y a otros tantos agentes de la Comisaría Provincial, que tuvieron que ‘peinar’ toda la calle para dar con el germen del problema.

Los hechos en cuestión se desencadenaron poco después de las once de la mañana. Vecinos de Gagos de Mendoza alertaron a la Policía Nacional de un ruido, que más tarde la rumorología convertiría por error en una explosión, y de un fuerte olor a gas de procedencia desconocida. A las 11.22 de la mañana los Bomberos ya estaban sobre el terreno, dotados de varios equipos de detección de gas, máscaras y bombonas para trabajar en condiciones como las que se les podían presentar allí. Comenzaron por buscar la procedencia del olor, revisando todos los bajos comerciales y los garajes de la vía (que, eso sí, no tiene más de 50 metros de largo).

Repartidos en dos grupos, fueron comprobando los sistemas de calefacción de los locales que consideraron sospechosos, pero no encontraron avería alguna. Las mediciones de gas eran negativas en todos ellos, pasaban los minutos y el problema persistía.

Gabinete psicológico

Tras noventa minutos de búsqueda, los Bomberos localizaron un lugar que, según todos los indicios, parecía ser el escenario del problema: un gabinete psicológico ubicado en el último edificio de la calle (frente al colegio de Campolongo).

Sin embargo, el local estaba cerrado y no había nadie en su interior. Inmediatamente, y con el apoyo de los agentes de la Policía Nacional que se encontraban allí, procedieron a la localización del propietario del gabinete, que llegó en pocos minutos, aunque no traía consigo las llaves. Esto provocó un nuevo retraso, de unos 20 minutos, hasta que al fin los Bomberos pudieron acceder para confirmar sus sospechas.

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