Una fuerte granizada de madrugada causa daños en coches y viviendas de Pontevedra

PON0501P2F10.JPG
photo_camera PON0501P2F10.JPG

PONTEVEDRA. La virulencia del temporal que azota las Rías Baixas provocó un aluvión de incidencias durante toda la jornada de ayer. Las de peor consecuencia fueron las causadas por la fuerte granizada que cayó de madrugada, en torno a las 2.00 horas. La lluvia de pedriscos, que duró menos de cinco minutos, ocasionó numerosos daños en vehículos y viviendas de todo el municipio.

El impacto de las bolas de hielo, del tamaño de pelotas de ping-pong (algunas incluso del diámetro de una de golf), provocó la rotura de cristales en varios edificios del centro y casas del rural. Entre los inmuebles dañados destacó uno en la calle Xeral Rubín. La Policía Local se vio obligada a cortar este vial de forma temporal ante la posible caída de los restos de las ventanas que resultaron dañadas. Una dotación de Bomberos completó los trabajos en la zona con el objetivo de evitar hipotéticos daños a los viandantes.

Otro de los inmuebles afectados por este fenómeno físico se sitúa en la calle de A Seca. Los pedriscos agujerearon toda la cubierta de uralita de plástico de su terraza y varias cubiertas de tendales de la zona.

Las precipitaciones, de casi 30 litros por metro cuadrado en la estación de O Areeiro, provocaron la inundación de garajes en A Parda. «Aquello era un barrizal», explica Alberto Prado. Este vecino de la calle Losada Diéguez asegura que los sedimentos acumulados en los estacionamientos subterráneos proceden del parking disuasorio que el Concello ha abierto en la parcela en la que se iba a edificar el nuevo centro educativo Carlos Oroza. «Al ser de tierra, cuando llueve, todo esto llega a nuestros garajes porque los sumideros se obstruyen», añade.

La acumulación de agua también ocasionó la caída de un muro en A Seca y pequeñas restricciones en el tráfico rodado en los accesos a Monte Porreiro y otros puntos de la ciudad, como en la avenida de Lugo y Fernando Olmedo.

Viento

Las rachas de viento, que alcanzaron los 71 kilómetros por hora en la instalación de Lourizán, hicieron volar tejas en varias casas del rural pontevedrés. San Amaro fue una de las zonas en las que se registraron daños. Los vecinos tendrán que esperar al martes para dar parte a su compañía de seguros para reparar los desperfectos.

La tormenta, que dejó 522 rayos en toda Galicia en menos de doce horas, provocó un aluvión de llamadas de emergencia tanto a la Policía Local como al servicio de Bomberos, que se mantendrán alerta ante la llegada de un nuevo frente en la víspera de Reyes. La caída de árboles en Ponte Sampaio, Cerponzóns y cerca de la estación de bombeo de Monte Porreiro y apagones puntuales de luz (sobre todo iluminación pública) en varios puntos de la capital completaron el saldo de incidencias.

Comentarios