Variada pero escasa participación en la manifestación 'por outra saíde á crise'

Cabecera de la protesta celebrada ayer por las calles de Pontevedra. alba sotelo
photo_camera Cabecera de la protesta celebrada ayer por las calles de Pontevedra. alba sotelo

 Aunque el tiempo acompañaba, la manifestación convocada por Alianza Social Galega bajo el lema ‘por outra saíde á crise’ se celebró ayer sin el respaldo esperado o, al menos, el deseado.

Las previsiones auguraban un apoyo relativamente multitudinario teniendo en cuenta que la agrupación está integrada por las tres centrales sindicales con mayor representación, CIG, UGT y CC OO, y cerca de 80 colectivos. Sin embargo, el resultado fue distinto al previsto y se apartó considerablemente de las dos últimas manifestaciones celebradas en defensa de la sanidad pública, en las que participaron más de 5.000 personas.

El punto fuerte de la marcha fue, sin duda, la variedad de las plataformas asistentes, impulsadas por un mismo motor: los recortes ejecutados por los gobiernos central y autonómico en buena parte de los servicios públicos.

La plataforma SOS Sanidade Pública secundó la movilización en defensa del sistema sanitario actual, mientras que una asociación de pacientes se unió a la causa en contra de la privatización de la sanidad.

Los emigrantes retornados acudieron para exigir una solución a su situación por las cantidades que reclama el Ministerio de Hacienda. Muy cerca les siguieron los afectados por las preferentes que, una vez más, exigieron la devolución de sus ahorros a golpe de bocina y luciendo camisetas reivindicativas, tanto los integrantes de la plataforma de O Salnés como la de Pontevedra y Marín.

La Xuventude Comunista fue otra de las formaciones que respondieron a la convocatoria de Alianza Social Galega, así como una pequeña representación de la marea naranja en defensa de los servicios sociales.

Tampoco faltaron asociaciones vecinales, entre las que destacó la Federación Castelao, ni políticos. El BNG asistió representado por el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, y los concejales Raimundo González y Carme da Silva, entre otros. Los socialistas portaron una pancarta propia en defensa de los servicios públicos, respaldada por el teniente de alcalde, Antón Louro; el concejal de Deportes, Tino Fernández y varios simpatizantes del partido. El PP fue el único que no estuvo representado de forma oficial.

Los otros grandes protagonistas de la jornada fueron los sindicatos, cuyos líderes se volcaron con la protesta desde la primera a la última fila. Los secretarios comarcales de CIG, UGT y CC OO encabezaron la manifestación, haciendo alarde de la unión sindical que reclama parte de la clase trabajadora.

Ciudadanos

Los ciudadanos de a pie no fueron menos y, aunque carecían de carteles o símbolos reivindicativos, expresaron su disconformidad con el sistema siguiendo el ritmo de la movilización de principio a término. Algunos con más énfasis que otros, pero la mayor parte convencida de que la movilización puede dar lugar a una salida a la crisis. «La gente tiene que movilizarse en este país, porque nosotros somos los que hemos colocado a esos señores en el Gobierno para que legislen a nuestro favor, no a favor de ellos. Nosotros somos los que hemos llevado la democracia al Parlamento, pero no para que hagan y deshagan como les da la gana», reclamó una vecina de Pontevedra, que prefiere dejar su nombre en el anonimato. «Espero que podamos poner freno a esto», reivindicó Ana Couselo, trabajadora de la sanidad.

La protesta partió de la plaza de A Ferrería y realizó el recorrido habitual de las manifestaciones, pasando por Daniel de la Sota, Castelao, Benito Corbal y Michelena. La clausura corrió a cargo del profesor (ahora jubilado) de Geografía e Historia Francisco Calo, que también está totalmente convencido de que la ‘batalla’ se tiene que librar en la calle. «Como historiador sei que nunca se conseguiu nada sen non é pola brava e pola forza. Estas manifestacións son pacíficas, e agardamos que sigan así, pero para o Goberno xa son pola brava. De feito, coa nova lei que prepara seguramente nos caería algunha multa».

La protesta se celebró de forma simultánea en las grandes ciudades gallegas, a cuyas calles salieron miles de personas según la organización.

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