Las escuelas infantiles de la ciudad pertenecientes a la red autonómica ‘Galiña Azul’ abrieron ayer sus puertas a todos aquellos que quisieran descubir el mundo tal y como lo hacen los niños y niñas que acuden a ella durante el curso escolar. Pontevedra cuenta a día de hoy con seis centros de este tipo: Campolongo, O Toxo, A Parda, uno en Monte Porreiro, otro en el campus universitario y un último en el edificio administrativo de la Xunta de Galicia en Campolongo.
Esta primera jornada del año lectivo sirvió a padres y educadores para encontrarse por primera vez o verse las caras de nuevo y permitió, al mismo tiempo, que los niños se pusieran cómodos en unas instalaciones de las que harán un gran uso durante el resto del curso.
Los pequeños, cuyas edades oscilan entre los pocos meses y los tres años, dispondrán de dos semanas para conocer a fondo a sus profesoras, quienes les guiarán en las actividades y rutinas diarias.
En el recinto escolar de A Parda, el escogido para la visita de la concejal de Benestar Social, Carme Fouces, al igual que en las otras escuelas dependientes de la Xunta de Galicia, el método educativo principal consiste en la experiementación. La directora, Guadalupe Pérez, explica que, «estas escuelas no son guarderías al uso, donde les dan a los niños fichas. Queremos que los niños aprendan manipulando lo que los rodea, eso es lo que nos diferencia».
