Xosé Fortes: ''Hubo quien mató por la pela''

Xosé Fortes, en su paseo por el casco viejo.
photo_camera Xosé Fortes, en su paseo por el casco viejo.
Pasea por la Pontevedra de intramuros, como el hombre que se tiene estudiada la ciudad vieja como la palma de su mano. El historiador escribe de lo que le gusta, y prefiere no profundizar en el franquismo («lo peor es su desmemoria»): «Que lo estudie quien quiera, pero yo para contar los cinco asesinatos de cada noche en el año 36...»

xosé fortes (Cotobade, Pontevedra, 1934) cruza A Ferrería a paso ligero poco después de las once de la mañana. El viejo militar retirado, fundador de la progresista UMD e historiador de referencia, autor de ‘Pontevedra, burgo, villa y capital’, pasea la mañana del miércoles con el Diario después de un café en el Carabela. Dice que suele caminar por la zona vieja: su ruta comienza en A Ferrería continúa por las plazas hasta llegar a Santa María, vuelve por el Teucro y calle Real para terminar con el café de Carabela. Tiene paradas obligatorias para tomar un vino en el Pitillo en el Rianxo o en los Maristas; dice no pisar la Pontevedra del ensanche. Fortes afirma haberse acostumbrado a este recorrido para hacer la ficha de todas las viviendas del casco antiguo, su año de construcción y propietarios.

«Habría sido más facil si hubiese archivero municipal porque tendríamos las licencias, pero cuando yo llegué al Ayuntamiento no había. Creo que hice seis o siete mociones para que se nombrara por lo menos a un becario y al final nombraron a Enrique Sotelo, Pedro López presidió el examen. Por aquel entonces los archivos del siglo XVI estaban al lado de los del siglo XX en un montón que llegaba hasta el techo en una sala que estaba al lado de los servicios públicos que había en el lateral del Ayuntamiento; ¡se filtraba como un dedo de orín! Me produjo tal repelús ver un documento medieval del nombramiento de un alcalde en ese estado que pedí el archivero».

Fortes cree que Pontevedra tiene un magnífico archivo hasta la República y que después, con el franquismo, comenzó el caos. «El franquismo no archivaba. No se sabe qué edificios desaparecieron o se destruyeron, no se sabe la Pontevedra que se perdió. Lo peor del franquismo fue la desmemoria. Hasta el punto de que la corporación democrática de aquella época tardó cinco mociones mías en darse cuenta del problema que suponía incluso para revisar nuestros propios acuerdos; es decir, si damos aquí una licencia se tiene que comprobar que se ejecutan esos compromisos».

«Fue Enrique Sotelo», afirma Fortes, «el que puso algo de orden en toda esa documentación». «Yo supongo que la mitad se pudrió y parte también seguirá sin archivar, pero desde luego a partir de esa fecha se archivó todo, y hacia atrás lo que se pudo». ¿Tiene Pontevedra bien construido su pasado? «Sabemos mucho de ciertos siglos, aunque el más oscuro es el XIV y tenemos también una laguna en el comienzo del siglo XVI que nos serviría sobre todo para estudiar la explosión económica y demográfica de Pontevedra en aquellos años. También sirvieron de ayuda en el proceso de documentación las actas notariales. Yo estuve dos meses en jornadas de ocho horas revisando veinte legajos de mil folios cada uno del notario Pedro Fiel. Aparecieron tres o cuatro documentos importantes, por ejemplo la concesión para construir la fuente de la Plaza de la Estrella que es de 1567, unas ordenanzas y algunos acuerdos de vecindad que me dieron pistas; el resto eran documentos de compra-venta con una letra terrible que a mi me llevaba media hora revisarlo y cuando terminas y aquello no es nada te desesperas».

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