PONTEVEDRA. Si los mayores padecen síndrome postvacacional cuando regresan al trabajo después de la época estival, los niños también deben que hacer frente al 'shock' de tener que decir adiós al tiempo libre para regresar a las aulas de los colegios. Con la finalidad de hacer que este período de adaptación inicial se haga mucho más llevadero y de alegrar a aquellos que no están especialmente entusiasmados con la vuelta al cole, Centro Comercial Urbano Zona Monumental (CCU ZM) volvió a convertir hoy varias de las plazas más emblemáticas del casco viejo en una gran fiesta para los más pequeños.
El evento, organizado en colaboración con el Concello de Pontevedra y la Dirección Xeral de Comercio de la Xunta de Galicia, se desarrolló durante toda la jornada: por la mañana, entre las 11.00 y las 14.00 horas, y por la tarde, entre las 16.30 y las 20.00 horas. No obstante, la juerga se desató en horario vespertino, una vez que los pequeños habían asistido a sus respectivos actos de presentación y repuesto fuerzas.
Una vez más, tal y como había vaticinado el presidente de CCU ZM, Miguel Lago, la gran fiesta de Vuelta al Cole fue un rotundo éxito de asistencia, algo a lo que ayudó mucho el buen tiempo reinante. Los niños pudieron disfrutar de todo un despliegue de hinchables, juegos y actividades de ocio que les hicieron olvidarse por completo del fin de las vacaciones.
Así, en la Praza de Curros Enríquez se instalaron una carpa interactiva y un futbolín humano (para niños de entre cinco y doce años) y en la calle Serra una pista americana y un circuito 'easy roller' (para escolares de entre siete y doce años).
Además, se ubicó una zona de guardería y un twister en la Praza de Méndez Núñez, un hinchable del Titanic en la calle Padre Luis y otro con la forma de una casita en la Praza de Valentín García Escudero.
Después de que los niños dejasen buena parte de su energía en los juegos (todavía cuesta bastante levantarse temprano), la gran fiesta de Vuelta al Cole sorprendió a todos con un espectáculo de magia que tuvo lugar en la Praza de Méndez Núñez desde las 18.00 horas.
Alrededor de las 19.00 horas llegó el momento que muchos de los pequeños esperaban para dar rienda suelta a su felicidad: la jornada de celebraciones tuvo como colofón la tradicional fiesta de la espuma. Una empresa especializada se encargó de convertir la Praza da Pedreira en un enorme manto de color blanco y burbujas en el que los escolares se refrescaron y lo pasaron en grande.
Como si de una gran piscina se tratase, los niños se pusieron sus bañadores y gafas de bucear y se zambulleron en esa selva de espuma.
