20.000 kilos de cocaína con un mismo modus operandi

El barco atribuido a Sito Miñanco, el presuntamente relacionado con Los Charlines y los dos de la última semana vinculados a capos gallegos viajaron por la Ruta Africana

La nueva ruta de la cocaína, por África

La autopista 10, ruta marítima de narcotraficantes llamada así en alusión al paralelo por el que transcurre y al número de días que tarda un barco en recorrer el tramo que separa Sudamérica de África, fue muy utilizada entre los años 2001 y 2004, la etapa en la que fueron incautados los mayores alijos de cocaína de la historia. Quince años más tarde, con un escenario global que recuerda mucho al de entonces debido a la brutal producción de polvo blanco existente en las selvas colombianas, las organizaciones criminales de ambos lados del Atlántico vuelven a apostar con fuerza por una ruta próxima a aquella, muchas millas al Sur de la más tradicional (y vigilada) que se dirige directamente hacia Galicia por las islas Azores. El trayecto, que discurre unas 1.000 millas al Norte del citado paralelo, une las aguas jurisdiccionales de Surinam y Venezuela, donde se carga la droga, con las inmediaciones del archipiélago de Cabo Verde, donde se efectúan los trasvases de los fardos desde los buques que viajaron a Sudamérica (últimamente, casi siempre cargueros) y las organizaciones de transportistas, principalmente gallegas, que efectúan el tramo final del viaje, bien en pesqueros que entran en puerto con la droga mezclada con las capturas, bien en lanchas rápidas que logran esquivar con aparente facilidad las medidas de vigilancia de las que disponen las fuerzas de seguridad europeas.

La citada ruta, con un modus operandi exactamente igual, se ha saldado con la incautación de unos 20.000 kilos de cocaína que viajaban en cargueros tripulados por súbditos de Europa del Este (salvo en el caso del Titan III, la embarcación que se vinculó a Los Charlines). El primer gran buque de estas características fue el Thoran, atribuido a la organización criminal liderada por José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, en octubre de 2017. Seis individuos de nacionalidad turca y un azerbayano fueron arrestados en el interior del navío, que ocultaba cerca de cuatro toneladas de cocaína.

Todos ellos eran cargueros tripulados por súbditos de países de Europa del Este, salvo en el caso del Titan, interceptado más tarde

Efectuando un salto adelante en el tiempo aparece el Titan III, que cayó en las inmediaciones de África. Su caso es diferente, pues es probable que ya hubiese recogido los fardos de un carguero en las inmediaciones de Cabo Verde. Por ello, sus tripulantes, cuatro, eran dos senegaleses y dos españoles que habían partido del continente al encuentro de la droga. Ocurrió en agosto de 2018.

Con los citados precedentes, las autoridades policiales estrecharon la vigilancia sobre la mencionada ruta. Ello ha desembocado en dos grandes operativos efectuados en la última semana que se saldaron con el arresto de 22 individuos, todos ellos de Europa del Este, y el decomiso de más de 12.000 kilos de cocaína.

La primera de las operaciones, desarrollada hace apenas diez días por la Polícia Judiciária, concluyó con el abordaje de un carguero de bandera panameña que ocultaba más de 2.500 kilos de cocaína y la detención de once centroeuropeos. El buque fue apresado a apenas 300 millas del archipiélago caboverdiano.

La Policía sospecha de los dos grandes grupos activos en las Rías Baixas como responsable del último gran alijo: 9.570 kilos

Dos días después, el jueves pasado, la Polícia Judiciária de Cabo Verde aprehendía el mayor alijo de la historia del Atlántico occidental, 9.570 kilos de cocaína, cuando los once tripulantes rusos del carguero Eser se acercaron al puerto de Praia para efectuar las gestiones relacionadas con la muerte a bordo de otro de los integrantes de la narcoexpedición.

Curiosamente, algo muy similar ocurría en 1999, cuando la Policía Nacional abordó el Tammsare, el barco que transportó el que hasta el jueves pasado era el mayor alijo decomisado en aguas del Atlántico en un solo navío, 6.500 kilos, y que hizo estallar la operación Temple. En aquel caso, como ahora, las malas condiciones en las que viajan estas personas provocaron la muerte de otro narco.

Investigación. Las autoridades interrogan a los once rusos detenidos en Cabo Verde

La prisión de Saint Martins, en las inmediaciones de la localidad caboverdiana de Praia, es el lugar al que han sido trasladados de forma provisional los once ciudadanos rusos que viajaban en el carguero Eser con 9.570 kilos de cocaína en sus bodegas. Por el momento, según detallan fuentes cercanas a la embajada rusa, no han sido formulados cargos contra ellos, pero ya han sido asignados abogados e intérpretes para facilitar los interrogatorios.

ESPAÑA Y REINO UNIDO. En cuanto al destino de la droga, las fuerzas de seguridad del Reino Unido coinciden con la Brigada Central de Estupefacientes en que, con toda probabilidad, las cerca de diez toneladas de cocaína que fueron incineradas el domingo en Cabo Verde iban a ser introducidas en Europa por españoles (los dos grandes clanes activos de las Rías Baixas serían los más probables receptores), para su posterior traslado, al menos en parte, hacia países como Inglaterra e Irlanda.

En este sentido, informaciones procedentes de la islas británicas apuntan al clan de los Kinahan como el único capaz de asumir el coste de un cargamento tan importante, si bien una parte iba a quedarse por el camino en sus diferentes estaciones intermedias.

Sobre la propiedad de la cocaína decomisada, las autoridades antinarcóticos lo tienen claro. Solo el clan del Golfo que dirige Dairo Antonio Úsuga, Otoniel, tiene la capacidad suficiente como para enviar un alijo de tales dimensiones de un lado al otro del Atlántico y negociar a varias bandas con gallegos, británicos, holandeses y marroquíes.