Absuelven a dos acusados de traficar con 35 kilos de hachís

La muerte del presunto comprador, vecino de Meis, clave en el fallo
Los encausados, durante la vista oral. GONZALO GARCÍA
photo_camera Los encausados, durante la vista oral. GONZALO GARCÍA

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra solo condenó a uno de los tres acusados que comparecieron en noviembre del año pasado tras ser detenidos en el marco de una transacción de 35 kilos de hachís que, desde la provincia de Málaga, fueron entregados a un vecino de Mosteiro (Meis).

Precisamente la muerte prematura de este individuo, que también fue detenido en su momento (en 2018) desarmó en buena parte la estrategia de la Fiscalía, y sirvió para que los investigados, especialmente uno de ellos, le cargasen el muerto al muerto, una maniobra que le sirvió para generar dudas en el tribunal, que decidió la absolución. En resumidas cuentas, la Audiencia viene a decir que los acompañantes de los dos hombres que habían pactado una transacción que se efectuó entre Asturias y Cantabria podían no saber el objeto de sus viajes, uno de ellos desde Pontevedra y el otro desde la Costa del Sol, por lo que opta por exonerarles siguiendo el precepto de in dubio pro reo. Sí resultó condenado el suministrador, contacto directo del fallecido, a una pena de cuatro años y medio de prisión.

El alijo de droga que desemboca en la actual sentencia fue interceptado en un enclave entre Asturias y Cantabria tras una investigación del Grupo II de la Udyco de Pontevedra en abril de 2018.

En el juicio, los acusados, dos ciudadanos procedentes del Sur de España (uno condenado, natural de Ourense pero afincado en Málaga, y el otro, absuelto) y un tercero originario de Europa del Este, negaron los hechos. Los dos andaluces, padre e hijo, reconocieron el viaje al Norte de España pero dijeron que iban "a visitar a la familia" que al parecer tienen en Ourense.

En cuanto al tercer acusado, admitió que acompañaba al citado fallecido que fue detenido con la droga desde Mosteiro, pero aseguró desconocer el negocio al que se dedicaba su acompañante. "Fui con él a Santander porque decía que se comía bien", si bien reconoció haber visto "algo raro" en el momento en el que la Policía fija la entrega de la droga.