Abuelos y padrinos regalan palmas a los pequeños de la casa para "zurrar" a la burrita

El negocio resultó "algo flojo", según reconocieron las ambulantes, a la espera de que las ventas se incrementen este sábado

Un puesto de venta de palmas. GONZALO GARCÍA
photo_camera Un puesto de venta de palmas. GONZALO GARCÍA

El tradicional mercado de palmas y ramos de olivo que los devotos emplearán este domingo para "zurrar" al paso de la burrita (como popularmente se conoce a la imagen que rememora la entrada de Jesucristo en Jerusalén) reunió a tres vendedoras en las inmediaciones de la Praza de Abastos. El negocio resultó "algo flojo", según reconocieron las ambulantes, a la espera de que las ventas este sábado se incrementen. Y es que, como suele ser habitual, los devotos están pendientes de las previsiones meteorológicas para domingo, cuando se celebrará la Bendición General de Palmas y Ramos desde el atrio de San Francisco (12.30 horas).

Según las propietarias de los puestos, el primer día del mercado la gente se acerca a los stands para observar los distintos tipo de palma e interesarse por los precios. Explican que el sábado el negocio mejora porque muchas personas que residen en el rural aprovechan para efectuar las compras en la ciudad (en concreto en la Praza de Abastos) y adquirir la tradicional palma y el ramo de olivo.

"Cada año hay menos ventas, un síntoma evidente de que se está perdiendo la tradición de acudir con la palma a la procesión de la burrita. También nos perjudica la competencia que encontramos en las grandes superficies", explica Isabel Bello. La vendedora de Poio fectúa esta afirmación con la experiencia de estar durante más de dos décadas al frente de uno de los puestos de venta provisionales.

Las puntas y la palma pequeña trenzada (trabajada de forma artesanal) fueron los artículos más vendidos en la primera jornada. Los precios oscilaron entre los 2,50 euros y los 10 euros, según el tamaño de la palma que este domingo agitarán los más pequeños de la casa para "zurrar" a la burrita.

Loli Torres, otra de las vendedoras, explica que la mayoría de las personas que adquiren las palmas son los abuelos porque "conservan un poco más la tradición religiosa" con la que comienzan los actos de la Semana Santa. "Son sobre todo las niñas las que prefieren las palmas trenzadas porque son muy coquetas, mientras que los niños prefieren las lisas".

Además de los puestos de venta ambulantes, los negocios de flores del Mercado de Abastos también ofertaron palmas y olivo, que comenzaron a vender desde el pasado martes "a abuelos y padrinos", señala Isabel Veiga, de la floristería Loly Torres.

Comentarios