Activan el protocolo de absentismo a un alumno pontevedrés con una enfermedad crónica y a su hermano

"Quero que vaian ao colexio, pero non podo mandar un neno enfermo ou con risco de contaxio", explica su madre
Los dos niños, haciendo las tareas escolares en su domicilio. CEDIDA
photo_camera Los dos niños, haciendo las tareas escolares en su domicilio. CEDIDA

"O colexio é comprensivo coa nosa situación, pero está obrigado a seguir o protocolo. Só teño boas palabras para a dirección e as titoras, pero atópanse entre a espada e a parede". En esta misma situación se siente Christina Gamallo, una pontevedresa que ha visto como el centro en el que estudian sus dos hijos, de siete y nueve años, ha tenido que activar el protocolo de absentismo escolar.

Pero los pequeños, en segundo y cuarto de Primaria, ni están desescolarizados ni acuden por miedo al virus u objeción de conciencia, como puede suceder en otras familias. "Non os deixo na casa por razóns ideolóxicas, de feito facemos vida de confinados, pero teño a impresión de que nos meten a todos no mesmo saco", señala. El motivo es que el mayor sufre una enfermedad crónica de riñón desde 2016 que ya le supuso varios ingresos hospitalarios y semanas lejos de las aulas. A finales de agosto empezaron los síntomas de una nueva recaída, por lo que su nefrólogo, antes de irse de vacaciones, "dixo que esperaramos a ver como evolucionaba" y Gamallo decidió no llevarlo al colegio. En consecuencia, también el hermano pequeño se quedó en casa.

El 11 de octubre se le diagnosticó oficialmente la recaída e inició la fase más aguda del tratamiento, con corticoides, que "fai que estea inmunodeprimido e precise un illamento relativo". Es decir, puede convivir, pero salir de casa lo mínimo.

"Non os deixo na casa por razóns ideolóxicos, de feito tiña previsto mandalos, pero métennos a todos no mesmo saco"

El permiso de diez días que le expidió el nefrólogo no resultó suficiente, pues justo el 22 de octubre el colegio le comunicó la activación del protocolo, cuyo siguiente paso será una reunión, la próxima semana, con las tutoras, para analizar la situación. Gamallo confía en que el recorrido del expediente quede ahí, pues ahora, en la segunda fase del tratamiento, ve más factible que sus hijos ya puedan volver a clase. Eso sí, apunta, "tendo en conta as variables de correr o risco de levalo", en alusión al mayor, "xa que a medicación afecta á súa actividade cerebral e é posible que estea máis nervioso, que poida faltar algún día ou que precise ir ao baño máis do habitual". A esto se suma que el niño "emocionalmente, tamén precisa ir ao colexio" y que el centro, el CEIP Vidal Portela, "non rexistrou ningún caso de covid e confío no seu protocolo de seguridade. Pero se enferma...".

ESCUELA EN CASA. Gamallo lamenta que Inspección "non teña en conta ningún atenuante, nin que haxa pandemia e se poida contaxiar. Unha gastroenterite, por exemplo, obrigaríalle a reiniciar o tratamento, e tampouco se ten en conta o seu historial anterior nin que está traballando na casa". Porque los niños "están seguindo os curriculums dos seus cursos" con su apoyo, pues es profesora y "grazas a que son funcionaria puiden pedir unha licenza sen soldo para quedar con eles". La tarea no es fácil, pues Inspección prohibió a los tutores el contacto con el alumnado que no asista a clase, a menos que esté en cuarentena por covid.

Comentarios