Uno de los acusados dice que 'El Burro' es un "confidente activo" de la Guardia Civil

El nombre de Juan Manuel Vidal Padín salió de boca de Diego Fontán, uno de los guardias civiles acusados de filtrar información a narcotraficantes

El nombre de Juan Manuel Vidal Padín, alias El Burro, lleva muchos años sobre la mesa de los investigadores que luchan contra el tráfico de drogas en Pontevedra. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que luchan contra el narcotráfico en la provincia sospechan que está detrás de algunos de los alijos más importantes del presente siglo, pero nunca ha podido acreditarlo. Tras años en un segundo plano, este martes volvió a estar presente en la Audiencia Provincial de Pontevedra. Su apodo y sus apellidos salieron de boca de Diego Fontán, uno de los guardias civiles acusados de filtrar información a narcotraficantes. "Era amigo de mi difunto padre y es confidente activo de la Guardia Civil", reconoció.

Vidal Padín fue investigado en el marco de la operación Tabaiba (que sirvió para desarticular la mayor red de pilotos de planeadoras activa en las Rías Baixas en 2008). La Policía pensaba que aportaba lanchas para las organizaciones de Patoco y de Parido, los clanes desmantelados, pero en aquel momento tampoco pudo probarlo.

Años después, en 2012, los pinchazos telefónicos a los que fue sometido sirvieron para iniciar la operación Campeón, saldada con la caída del empresario Jorge Dorribo. De aquellos hechos, sin embargo, también resultó desvinculado.

En esa misma etapa, la Policía intuía que El Burro tenía algo que ver con la introducción de cocaína a través de contenedores por el Puerto de Marín. Los agentes desarticularon la red hispanocolombiana de Rafa el Valenciano, en la que se hallaban implicados al menos dos guardias civiles de la dársena, pero de Vidal Padín nada se supo en la fase procesal.

Por último, se le atribuye, en este caso por parte de la Agencia Tributaria, un supuesto fraude en el pago de impuestos. Empresario de éxito en la comarca de O Salnés, tampoco ha sido acusado por aquellos hechos, al menos por el momento.

Este periódico, tras consultar con distintas fuentes bien informadas, puede afirmar que el citado Vidal Padín no se hallaría entre la lista de confidentes del Instituto Armado en la actualidad, aunque sí habría tenido algún tipo de vinculación con miembros de la Benemérita en el pasado, circunstancia, eso sí, no acreditada.

TESTIMONIO DE FONTÁN. Diego Fontán también apuntó a otras personas de dentro del Instituto Armado como posibles implicados en asuntos de narcotráfico (sin base alguna para acreditarlo). Así, habló de Raúl L. e incluso del excapitán Joaquín L. "Le pedí información a Santórum porque me habían dicho que podrían estar implicados en un asunto de un contenedor".

Fontán explicó que conoció a Santórum por ser cliente del pub que regenta (el Oceans, ubicado en O Grove) y que, tras conocer "por lo que se decía" que tenía contactos importantes en el mundo del narcotráfico, intentó que fuese su confidente. "Intenté captarle como fuente viva de información, pero él no quiso darme el móvil, por eso empecé a mandarle notas por debajo de la puerta".

Fontán añadió que "puede haber más gente implicada, no estamos todos los que somos", e insistió en que él no facilitó ninguna clase de información a Santórum. "De lo que hicieron otros yo no sé nada, pero yo no le pasé ningún tipo de información relacionada con la Guardia Civil".

LAS PENAS. Por los hechos, la representante del Ministerio Público pedirá penas de once años y medio para cada uno de los agentes de la Guardia Civil, a los que atribuye delitos de revelación de secretos por parte de funcionario público en el seno de un grupo criminal y delito contra la intimidad.

En cuanto al presunto enlace con los narcotraficantes, Durántez, siguiendo el relato de hechos redactado por el exfiscal Antidroga Luis Uriarte, autor del escrito de acusación, pedirá una condena de siete años de cárcel por revelación de secretos.