Adiós a Jacinto Peleteiro

Jacinto Peleteiro. DP
photo_camera Jacinto Peleteiro. DP

Hace un par de días nos dejaba Jacinto, una persona que con 90 años era extraordinariamente joven de espíritu pero también de físico y salud, al que todos echaremos de menos y sentiremos su pérdida como si hubiera fallecido joven. Era un hombre normal (casi el mejor y más difícil adjetivo que hoy en día se puede adjudicar a cualquiera), pero una persona excepcional que dedicó toda su vida a hacer el bien y a hacer la vida más fácil y agradable a todos los que le rodearon y conocieron aunque fuera brevemente; disfrutando y trabajando hasta el último minuto.

Falleció igual que vivió, discreta y elegantemente; sin molestar a nadie. Una persona muy popular, y querido en todos los ámbitos de la vida pontevedresa, con multitud de amigos y conocidos que disfrutaron de su bonhomía, de su positivismo y su educación. Jacinto tuvo una excepcional vida personal, en la que superó los múltiples obstáculos que el destino le fue deparando, excepcionalidad que supo trasladar también a la vida profesional.

Creó múltiples empresas, siempre con amigos y disfrutando. Atrás quedan firmas como transportes Mateu&Mateu en Galicia, gaseosas El Ama, cetáreas y depuradoras de moluscos como Exmar o Mejirsa , inmobiliarias y promotoras como Rías Bajas Inmobiliaria S.A. ( Ribainsa) o ya últimamente Fincas Peleteiro. Una dilatadísima vida profesional que le llevó a ser el primer presidente de la Asociación Española de Depuradores a finales de los años 70, o a las directivas de los Colegios de Profesores Mercantiles o de Administradores de Fincas durante muchos años. Hiciere lo que hiciere, siempre lo hizo rodeado de magníficos amigos, manteniendo siempre un espíritu extraordinariamente positivo, y no dejando tras de sí más que buenos recuerdos.

Como decía un gran pontevedrés en su funeral, Jacinto era patrimonio de todos, y por eso seremos muchísimos los que lo echaremos de menos en tantos y tantos lugares comunes. Una persona normal, un ser extraordinario, un enamorado de Pontevedra, de su familia, y sobre todo de sus amigos, cuya existencia fue un lujo, y que hizo la vida más fácil a todos los que le conocimos y quisimos. DEP

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