Algo más de 16.300 personas afectadas por cáncer en Galicia (5.226 en la provincia de Pontevedra) necesitaron tratamiento psicológico especializado durante el año pasado. De hecho, se estima que el 30% de los enfermos que lo padecen pueden desarrollar algún tipo de trastorno psicopatológico que haga preciso un tratamiento de este tipo y esta realidad no solo atañe a los enfermos, sino también a sus familiares.
Con esta premisa, la AECC aprovechó este lunes la celebración del Día Mundial del Cáncer para poner el foco en la figura de los psicólogos y los profesionales que prestan respaldo a quienes lo necesitan durante el proceso que conlleva la enfermedad. En la capital del Lérez, la asociación lo celebró en la Praza de Ourense, donde colocó varios paneles para que cualquier ciudadano pudiese plasmar sus mensajes de apoyo.
![Mesa informativa instalada por la AECC en la Praza de Ourense. GONZALO GARCÍA]()
Mesa informativa instalada este lunes por la AECC en la Praza de Ourense. GONZALO GARCÍA
"Todos podemos trasladar nuestro mensaje de fuerza y estamos comprobando que la ciudad está muy volcada en aportar su granito de arena", explicó Carmen García, coordinadora de voluntariado en hospitales y a domicilio de la AECC. "Según el informe del año 2018 del Observatorio del Cáncer, se ha establecido que solo llegamos a un 13% de las personas que necesitan ese acompañamiento a nivel psicológico, por eso queremos dar a conocer y poner en valor la figura del psicólogo tanto a nivel sanitario público como a nivel de asociaciones como la nuestra, para que las personas que lo necesitan puedan recibir atención especializada".
Y es que, tal y como indicaba uno de los paneles expuestos por la entidad en la Praza de Ourense, "cada día miles de pacientes y sus familiares lidian con las consecuencias no visibles del cáncer" y "escuchándolos y ayudándolos pueden ser más fuertes".
En este sentido, la AECC solicita que en el proceso de atención a las personas con cáncer y a sus familiares se incluyan necesariamente tres factores. Uno de ellos es la medición del distrés o malestar emocional como el sexto signo vital después de la temperatura, la presión arterial, el pulso, la frecuencia respiratoria y el dolor, incorporándose a la historia clínica tanto del paciente como de quien lo acompaña habitualmente.
Otro es la derivación a atención psicológica especializada cuando el grado de distrés identificado indique la necesidad de este tipo de intervención, y el tercero es que se garantice esa cobertura para pacientes y familiares, bien con los recursos propios del sistema o bien integrando los que ofrecen entidades sin ánimo de lucro como la propia AECC.
De hecho, la entidad recordó que "en España, el 94% de las comunidades autónomas o no ofrece tratamiento psicológico especializado a pacientes y familiares, o lo hace de forma insuficiente" y, en cuanto a los hospitales públicos, el 48% de ellos tampoco presta dicha atención y en el 52% restante resulta escasa, a pesar de que "todos los planes autonómicos o estrategias dedicadas al cáncer hacen referencia a la necesidad de brindarla".
La AECC lleva 30 años ofreciendo dicho apoyo a través de sus más de 250 profesionales de la psicología. De este modo, ha sido capaz de atender al 13% de las personas que lo necesitan.
"Defendemos un modelo de atención integral en el que el tratamiento psicológico especializado esté integrado en el cuidado habitual, como un elemento más de calidad asistencial, a los afectados por cáncer. Sin embargo, esta necesidad no siempre está cubierta, ya que solo el 21,3% de los profesionales de la oncología médica y el 31,4% de los de la Enfermería dicen ofrecer y derivar al servicio de atención psicológica de manera rutinaria", señala.
