Xaquín López, periodista del área de investigación de TVE

"África te engancha, desde el momento en el que la descubres no puedes dejarla"

De Chantada llegó a múltiples países de África, siempre para dar voz y poner cara a los conflictos y guerras del continente, de la mano de TVE , donde sigue trabajando como periodista de investigación, centrado en sucesos y narcotráfico. Este miércoles pronunciará una conferencia durante la entrega de los premios de periodismo de Afundación

Xaquín López. CEDIDA
photo_camera Xaquín López. CEDIDA

Xaquín López (Chantada, 1962) lleva desde mediados de 1980 vinculado a RTVE, donde ha trabajado como corresponsal de guerra en África, un país que fue "un descubrimiento", y en diferentes zonas de conflicto, aunque en la actualidad integrado en el área de Sociedad de los Servicios Informativos, donde ejerce de periodista de investigación. Este lunes dará la charla ‘A liña de Arousa. Estereotipos e estigmas na narco-información’ en la entrega de los premios de periodismo de Afundación (Café Moderno, 12.30 horas).

¿Sobre qué versara la charla?
La charla la titulo ‘A Liña de Arousa’, que es un juego de palabras entre La Línea de la Concepción y la ría de Arousa, con un subtítulo que es ‘Estereotipos e estigmas na narco-información’. Llevo casi 15 años dedicándome a la cobertura de narcotráfico en el telediario. Primero empecé en la ría de Arousa y después el foco de atención se trasladó al estrecho y la comparación va por ahí. Intento contar, desde el punto de vista del periodista, cómo se aborda esta información y las similitudes que puede haber entre las rías gallegas y el estrecho de Gibraltar y también los estereotipos que se producen al dar este tipo de informaciones, así como los estigmas.

Sito Miñanco se ha querellado contra usted por injurias y calumnias. ¿Son acciones que hacen más difícil informar?
Tiene sus repercusiones, a veces no sale gratis. En mi caso, me metí bastante a fondo en un tema en el que colisionaba con los intereses de Sito Miñaco y él reaccionó como suelen reaccionar, amenazando y con querellas. Es una forma de amenazar al periodista, te están diciendo: "No vayas por ahí, porque si sigues por ahí vas a acabar mal". Y si eso no funciona pueden dar el siguiente paso, que es lo que espero que no ocurra. Yo siempre digo que mientras esté ocupado conmigo en los juzgados a mí no me preocupa, porque lo tengo ocupado. El problema es cuando esté más ocioso.

Me quedo con lo que hago ahora mismo, investigación. Creo que es lo que te enlaza directamente con el periodismo en estado puro

En los últimos tiempos parece haber un ‘boom’ alrededor del narcotráfico. Se escriben libros, sale todos los días en los medios...
No deja de ser una moda, es inevitable. En un mundo de redes sociales es algo que está fuera de control. Incide más en La Línea que en Galicia, y se van a arrepentir toda la vida de ponerse en el foco. Antes lo hacían sin que nadie lo supiera, o sí se sabía pero no trascendía porque no le importaba a nadie. Pero en el momento en que sales en los medios de comunicación te pones en la diana y los políticos se mueven. Yo siempre digo que se van a arrepentir mucho de cuando dieron ese paso de rescatar a un ‘narquillo’ dentro de la organización que estaba preso por la Policía [Samuel Crespo, rescatado del hospital a la fuerza por sus secuaces] porque, desde entonces, están en la diana. Cualquier cosa que pase en la Línea relacionada con el narcotráfico es primera plana, por lo menos durante los siguientes meses.

Echemos la vista atrás, ¿cómo acaba un chico de Chantada de corresponsal de guerra en África?
Podía haber sido como fue o podría haberme quedado en Radio Nacional en Lugo, que fue mi primer destino. Pero tenía esa ambición de volver a trabajar a Madrid, que era donde había estudiado, Galicia se me quedaba un poco pequeña. Y cuando estás en una redacción central de un medio nacional importante las oportunidades hay que aprovecharlas. Y África fue un descubrimiento, desde el momento que la descubres, no lo dejas, es como si te enganchara. Y ahí sigo con mi terreno africano y mi especialidad africana, que compagino con el periodismo de investigación. Es una pasión.

Aunque África sigue dentro de usted, ahora está haciendo periodismo de investigación en España.
Sí, también vivimos una época de crisis importante. No es la época de las vacas gordas, aunque lo de antes también era un poco exagerado. Aquella época de principios de siglo, que era como el ‘boom’ del ladrillo. Yo me he encontrado en operativos en África en los que había 20 o 40 periodistas españoles, algo un poco exagerado, porque el mercado no da para tanto. Y a mí me quedaban dos opciones, irme al área de internacional, algo que no me gusta, o me centraba en la investigación.

Veo con mucho dolor que la prensa escrita cada vez vaya teniendo menos presencia, pero se abre la ventana de los medios digitales

De todos sus trabajos, ¿qué momento ha sido el más complicado?
Recuerdo el atunero Playa de Bakio, que tenía tripulación gallega, al que habían secuestrado los piratas somalíes. Fue de los primeros, saltó la alarma y, cuando lo liberaron, recuerdo estar con los compañeros esperando su llegada en el puerto de Seychelles. Ahí tuve un momento de lucidez y decidí buscar una lancha motora rápida y salir al encuentro del barco, para tener esa imagen del barco navegando en el Índico. Era la primera imagen del barco liberado y recuerdo que aquello fue tremendo, pero físicamente nos jugábamos mucho porque estábamos en una ‘barcucha’ navegando en paralelo a un atunero, corrimos un gran riesgo. Fue una situación complicada pero muy emocionante.

Reportero de guerra, narcotráfico, sucesos.. ¿con qué se queda?
Me quedo con lo que hago ahora mismo, investigación. Creo que es lo que te enlaza directamente con el periodismo en estado puro. Para mí el periodismo es contar las cosas que nadie sabe y que no se quiere que se sepan, por lo que si no las investigas no las puedes contar. Conseguir una primicia de una noticia que puedas dar en el Telediario es una satisfacción.

¿Internet y las redes sociales han supuesto un cambio en la forma de hacer periodismo?
Totalmente. Recuerdo cuando empezaba, en 1986 en TVE en Santiago, que en el Pazo de Raxoi había un fax y era un tesoro. Imagínate lo que era enviar un fax a la redacción central en Madrid con el texto de la noticia para que te la corrigiesen. Y ahora ya mandas una noticia por WhatsApp desde cualquier punto del mundo.

Se habla mucho de la crisis del periodismo, ¿cree que existe o hay que reconducirse?
Veo con mucho dolor que la prensa escrita cada vez vaya teniendo menos presencia, pero se abre la ventana de los medios digitales. Yo doy clases en un máster y ya les digo que hay que cambiar un poco el esquema. Con un teléfono móvil se puede hacer un reportaje, ¿por qué no? Y yo admiro a los freelance que están por África, porque se buscan la vida para vender sus noticias y pelean para ganarse la vida como periodistas. Pero también es un momento de oportunidades, puedes hacer un gran documental de 50 minutos con muy pocos medios y dar la campanada, presentarlo a un premio... Como siempre, la imaginación y las ganas son muy importantes.

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