Los agentes creen que usaban de tapadera el nombre de un cliente para dar verosimilitud al fraude

La firma solo facturó 500 euros a Celso Míguez desde 2013; sin embargo, se hallaron presupuestos a su nombre por cerca de medio millón

Ninguno de los detenidos en el marco de la investigación en relación con el desfalco a Celso Míguez colaboró con la Guardia Civil (no quisieron prestar declaración, dejándolo todo para la comparecencia en sede judicial). Sin embargo, los agentes adscritos a la Unidad Central Operativa (UCO) efectuaron diversas diligencias que, a priori, tratan de acreditar el fraude cometido por el presunto grupo delictivo que operaba desde el polígono de Pocomaco.

El ECO Galicia, que contó con el apoyo de la Unidad de Delitos Telemáticos de la Comandancia de la Guardia Civil, llegó al convencimiento de que los detenidos empleaban el nombre de una empresa real que en alguna ocasión (muy contada) había facturado con el gigante de las pinturas para dar una apariencia lícita a sus retiradas de material.

La Guardia Civil sostiene que la sociedad cuyo nombre figura en los presupuestos no tendría conocimiento alguno de que su nombre estaba siendo utilizado

Los especialistas en la lucha contra el crimen organizado se entrevistaron con el responsable y el encargado de la citada firma, que les indicaron que se ocuparon de adquirir directamente mercancía en el almacén de la citada área industrial de la ciudad herculina. Ambos aseguraron (y demostraron, con papeles) que la vinculación con la firma pontevedresa había sido escasa, aportando las facturas de compra que, sumadas, no superaban los 520 euros (correspondientes al período que comprende desde 2013 hasta la actualidad).

Estos datos estarían en contradicción con los 74 presupuestos hallados en poder de los denunciados (en uno de sus despachos). Los documentos desvelarían la retirada de material valorado en 478.672,78 euros, mercancía que, supuestamente, habría salido de los almacenes de Celso Míguez en A Coruña sin haber sido dado de baja en los stocks y sin contrapartida económica alguna. La Guardia Civil sostiene que la sociedad cuyo nombre figura en los presupuestos no tendría conocimiento alguno de que su nombre estaba siendo utilizado, presuntamente, para que los ya extrabajadores de la empresa de pinturas consiguiesen su propósito y defraudasen cerca de medio millón de euros.

Siguiendo un modus operandi muy similar al ahora relatado, con pequeñas variantes, los investigados fueron retirando material para venderlo por su cuenta a lo largo de los años. El margen temporal fijado por los investigadores solo alcanza a los tres últimos ejercicios, pero la empresa piensa que el engaño podría venir de mucho más lejos.

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