"Ahora que nos dejen trabajar"

El pub La Pomada es uno de los seis de toda Galicia que este sábado realizarán una prueba piloto antes de que el ocio nocturno pueda recuperar su normalidad. Pero los hosteleros advierten: "Después de 15 meses cerrados, no sería justo que nos limiten el horario".
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photo_camera Dani Lorenzo llenando las neveras con bebidas y ultimando los preparativos de su negocio antes de la prueba piloto del sábado. RAFA FARIÑA

La última vez que La Pomada abrió al público fue el fin de semana de La Peregrina de 2020. Al igual que el resto del ocio nocturno pontevedrés. Para el sector han sido 12 meses muy duros, de muchas angustias económicas y emocionales, de muchas noches sin dormir y de muchas deudas. Este sábado este local que regenta Dani Lorenzo, presidente de Hoempo, participará en una prueba piloto, junto a otros cinco negocios gallegos, para medir el grado de cumplimiento antes de autorizar la reapertura general. Una licencia que Alberto Núñez Feijóo situó en torno al 1 de julio.

"La gente tiene ganas de recuperar la normalidad. Pero no solo los hosteleros, también los clientes. Y cuando no reciben lo que buscan, encuentran alternativas en sitios menos seguros y sin ningún tipo de control, como los domicilios o en la calle. Y ese sí es un problema serio, como vimos el pasado año", asegura el también presidente de Hoempo.

Ante las limitaciones que se pretenden imponer en esta primera fase, Dani Lorenzo aconseja "aprender de los errores cometidos" y tener más flexibilidad con un gremio "demonizado sin motivo alguno" que empieza a asomar la cabeza. "Ahora que nos dejen trabajar, pero con el horario de nuestras licencias. Poner la barrera de las dos o tres de la mañana es inviable", apunta.

"Que se respete el horario de nuestras licencias. Poner la barrera de las dos o tres de la madrugada es inviable", dice Dani Lorenzo

El hostelero recuerda que "en los últimos 15 meses solo hemos podido trabajar un mes y medio. Si tenemos que esperar un poco más, lo haremos. Pero queremos hacerlo en unas condiciones en que nos sea rentable, y no seguir palmando más dinero, que ya hemos perdido bastante".

LOS CAMBIOS. La experiencia piloto del sábado revoluciona el ocio nocturno conocido hasta ahora. La Pomada tiene dos puertas y solo se podrá entrar por una y salir por otra. El aforo del local será del 50%, es decir, se limita a 45 personas. "Con las tres salas se verá vacío, pero para la prueba es lo que toca. Esperamos que para el verano tengamos, mínimo, lo del año pasado, que era de dos tercios del aforo".

Otra novedad es que todo el mundo tiene que estar con las mascarillas puestas y solo se pueden retirar para beber las consumiciones. "Ya lo hicimos el verano pasado y la verdad es que la gente se comportó estupendamente, por lo que no tengo dudas de que ahora que está mucho más implantada la mascarilla va a responder igual o incluso mejor".

"Anuncié las 45 plazas disponibles en redes sociales y en tres minutos ya se habían cubierto todas. Fue una locura", apunta

Una tercera singularidad es la obligación de que el local disponga de medidores de CO2, cuyos resultados aparecerán en unas pantallas estratégicamente situadas. "Si en algún momento se pasa del máximo permitido, salta el sistema de ventilación, que también lo podemos activar manualmente. Si vemos que con eso no es suficiente, tenemos que mover a la gente de una sala a otra, hasta que se recuperen los niveles admitidos".

Para poder acceder al pub, en esta ocasión, todos los clientes tuvieron que formalizar una inscripción previa. "Lo anuncié en redes sociales y en cuestión de tres minutos ya cubrimos todas las vacantes disponibles. Fue una locura y me queda pena de que muchos clientes se hubieran quedado fuera".

También es obligatorio mostrar una PCR negativa reciente. "El Sergas estuvo llamando estos días a los inscritos para que se realizasen un test de saliva en las farmacias".

Dani Lorenzo confía en que, de cara al verano, se suavice la rigidez de estas medidas. Sobre todo porque si algo caracteriza al ocio nocturno es su espontaneidad e itinerancia. "Entendemos que todo esto es para la prueba del sábado, porque no tendría ningún sentido que yo estuviese en la tienda o en el bar de al lado rodeado de gente y que para entrar aquí tuviese que tener registro previo, una PCR... Es imposible hacerlo así".

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