Al mal tiempo... nueve actividades para hacer en las Rías Baixas

El ocio pontevedrés en la época estival no se limita a la playa. Entre su oferta lúdica se encuentran las catas de vinos, el paintball y muchas cosas más

Aunque el verano implique sol, playa, helados y calor que huele a crema solar, en las Rías Baixas no es nada raro encontrarse con un día parcialmente nublado o directamente lluvioso. A veces, hasta con truenos y relámpagos.

Llegado junio, la playa y la piscina se convierten en la dinámica rutinaria en la costa, pero no lo son todo. Pontevedra y sus alrededores ofrecen una un enorme abanico de actividades de ocio, cultura y por qué no, diversión. Ya no hará falta quedarse en casa solo porque un nubarrón ha decidido no moverse del cielo.

A cubierto de la lluvia o al aire libre por si la temperatura no llega a ni a los 20 grados, proponemos nueve cosas que hacer este verano sin tener que salir de la provincia.

Una cata de vinos


Cambados ha sido proclamada como Ciudad Europea del Vino 2017, por lo que se ha puesto en marcha un paquete de visitas a las bodegas de renombre, como la Martín Códax, Paco&Lola, Condes de Albarei, Don Olegario o Quinteiro da Cruz, entre otras. 

La visita incluye el viaje en bus, guía en la bodega de dos horas y media y la propia experiencia enoturística de dos vinos albariños con Denominación de Origen Rías Baixas. 

Además, la Asociación Cultural de Mujeres del Mar de Cambados propone visitas guiadas por los bancos marisqueros. En ellas, se puede apreciar el trabajo que conlleva el cultivo y recolección del marisco... aunque quizás sea mejor participar un día más caluroso, porque habrá que mojarse un poco los pies.

Algo con adrenalina: flyboard


Con los pies dentro de unas botas que, a su vez, están sujetas a una tabla que propulsa un chorro de agua, podría decirse que es posible volar. Para practicar este deporte por un día, no hace falta ningún tipo de experiencia ni preparación física: basta con tener más de 16 años.

Tampoco hace falta irse muy lejos para pasar un día. Puede hacerse en Vilaboa (muelle de San Adrián de Cobres), Raxó (Club Náutico) y Moaña (puerto deportivo). Y ni siquiera importa que llueva.

Aprovechar las rebajas


Es casi impensable ir a las rebajas cuando se acaban de inaugurar, pero las tiendas mantendrán sus gangas hasta el 30 de septiembre.

Esto nos da la oportunidad de poder echar un vistazo a los establecimientos pontevedreses en cualquier día nublado de verano.

Las muchas calles comerciales como Benito Corbal, la rúa Serra o la propia Feira Chalana (abierta hasta el 6 de agosto) son opciones viables que valen tanto para una tarde libre como para ser escenario de un paseo con posible nuevo capricho.

El cada vez más famoso tapeo


Ya sea postrarse con la familia o los amigos en una cafetería o ir a comer en buena compañía, las cafeterías y los restaurantes son opciones para un día tranquilo y agradable. El centro histórico de Pontevedra surge como la mejor alternativa para tomar algo en una terraza los días de nubes y bochorno. Cuando llueve, cafés como el Moderno o el Central se convierten en los mejores lugares por sus dimensiones.

Además, el Mercado de Abastos ofrece una modalidad única: la de comprar el marisco que puede seleccionar uno mismo y cocerlo en las cafeterías de la planta superior, donde se puede consumir en el momento.

Un día de relax en agua dulce


Aunque en ellos no hay agua salada ni arena, la tranquilidad que aportan las aguas termales y la eficacia de los tratamientos de salud y belleza hacen de los balnearios una potentísima arma contra el estrés.

Con casi 150 años de historia, el Balneario de Mondariz es todo un referente en lo que termalismo se refiere. Como se trata de un complejo hotelero (de cuatro estrellas), también puede ser escogido para una pequeña escapada de fin de semana. Otra de las opciones es acudir a las Termas de Cuntis, que conjuga el ocio y el bienestar con propuestas como masajes o la utilización de aguas mineromedicinales.

Paintball: sudor y adrenalina


Para aquellos que busquen emociones fuertes, dinamismo y acción, el paintball se erige como la mejor de las actividades a realizar, aunque exige un estado de forma mínimo, ya que puede suponer un gran desgaste físico. Armados con una marcadora y avalados por diversas protecciones que cubren todo el cuerpo, los participantes deben eliminarse a base de disparos de pintura.

Varios son los lugares en los que se ofrece este servicio. Entre ellos destacan Campo do Lobo, que cuenta con cuatro escenarios diferentes y se encuentra en Caldas de Reis, y el campo de Adrenalicia en O Grove.

Escape room: buscar la salida


Escenarios apocalípticos, puzzles y muchos nervios: este es un breve resumen de lo que son los juegos de escape en vivo. Como normalmente se desenvuelven en espacios cerrados, los participantes no están a merced de las inclemencias del tiempo. En Pontevedra, por desgracia, solo hay un local de estas características, Keysroom. Esta empresa ofrece dos modalidades de juego, Rabia y La Fortaleza. En ellas, los interesados deberán llegar hasta la salida resolviendo enigmas y buscando pistas.

Para niños: jugar a ser piratas


Los mapas del tesoro nunca pasarán de moda, pero este es un poco diferente. O Tesouro do Pirata es una aventura dirigida a los más pequeños de la casa que tiene como finalidad que estos conozcan más a fondo la ciudad del Lérez recorriendo sus plazas y monumentos más característicos.

Descargar una aplicación que lea códigos QR y conseguir un mapa en la Casa da Luz es lo único necesario para seguir las pistas que llevarán a los niños a convertirse en todo un lobo de mar sin salir de tierra.

Petroglifos y paisajes de Marín


Con una duración de aproximadamente tres horas, la ruta que recorre los cinco miradores situados en Marín es capaz de aunar la belleza de la costa del municipio con los petroglifos de Mogor.

El recorrido, que parte de la oficina de turismo del Concello de Marín, tiene aproximadamente siete kilómetros y pasa por diverss monumentos.