Las parroquias de Santa María de Xeve, Alba, Bora, Cerponzóns y Virxe do Camiño son las entidades colectivas que más población han perdido desde 2015 hasta 2019 en el municipio de Pontevedra. Por contra, el centro urbano y Mourente aparecen en el último informe del Observatorio Urbano, entregado la pasada semana al Concello, como las dos únicas parroquias donde ahora hay más población que hace cinco años.
Aunque la pandemia haya puesto en primera línea de atención el fenómeno migratorio desde los cascos urbanos hacia el rural, lo cierto es que en la última década la tendencia ha sido justamente la contraria. De hecho, en el término municipal, ocho de cada diez ciudadanos empadronados en la Boa Vila habitan en el centro urbano o en Lourizán. Sólo un 20% reside en el rural, donde, además de Lourizán, las áreas más pobladas son Salcedo, Marcón, Mourente y Campañó, si bien ninguna de estas últimas cuatro parroquias llega a acaparar más de un 2,5% de la población total pontevedresa. Únicamente tres áreas de este tipo (Lourizán, Salcedo, Mourente y Marcón) superaban los dos mil habitantes censados a finales del 2019, de acuerdo con los datos del Observatorio Urbano.
Otras cuatro entidades colectivas de población superan los mil residentes pero sin llegar a los dos millares. Se trata de Campañó, Lérez, Ponte Sampaio y Xeve.
Al borde del millar de residentes se sitúa Tomeza (984) y, con más de 700 empadronados y menos de 800 figuran Alba, Bora, Cerponzóns, Santa María de Xeve y Tomeza. A diciembre de 2019, Verducido contaba con 897 habitantes.
Pontevedra tiene la tercera mejor tasa de natalidad de las grandes urbes gallegas, por detrás de las que presentan Lugo y Santiago
CRECIMIENTO. Comparada con las otras seis grandes ciudades gallegas, Pontevedra se sitúa, junto con Santiago y A Coruña, como el término municipal donde más crece el número de habitantes. Ferrol y Ourense perdieron población entre los años 2015 y 2019. El censo del concello departamental cayó un 4,88% en ese período y la ciudad de As Burgas dejó escapar un 0,94% de los habitantes que tenía hace ahora cinco años.
En el caso de Pontevedra, la población creció en ese tiempo un 0,59%, hasta los 83.029 ciudadanos censados a finales de 2019. El crecimiento fue mayor que el registrado, por ejemplo, en Vigo (0,43), Lugo (0,14) o A Coruña (0,43), aunque ligeramente menor que el de Santiago (0,75%).
La Boa Vila es también la segunda de las siete grandes urbes gallegas en la que la densidad de población crece más en este último quinquenio, un 0,75%, superado solo por el 2,09% que se anotó Santiago. La capital del Lérez tiene 686,8 habitantes por kilómetro cuadrado, más que Lugo y Santiago, ligeramente menos que Ferrol (793) pero muy por debajo de Vigo (2.625), A Coruña (6.408) y Ourense (1.220).
Además, Pontevedra tiene la edad media más baja de los siete municipios más importantes de la comunidad, con 44,1 años, frente a los 45,4 de Vigo, los 46,4 de A Coruña, los 46,8 de Ourense, 45,3 de Santiago, 45,2 de Lugo o los 48,8 de Ferrol. La tasa de natalidad en Pontevedra es del 7,21% , la tercera mejor, después de Lugo (7,6) y de Santiago (7,6).
