Su pasión por el Camiño de Santiago empezó en 1965. Tenía 14 años y, junto a un grupo de amigos, peregrinó desde Valença a Compostela. La expedición la organizaba el Frente de Juventudes, de la que luego se desvinculó. De aquella aventura le quedó como recuerdo una medalla con la imagen de la virgen de A Peregrina, patrona de la provincia de Pontevedra y también del Xacobeo. "La llevo siempre conmigo", explica Tino Lores, tras mostrar la cadena que lleva atada al cuello.
Ahí comenzó su idilio con la ruta lusa, que tiene más de 2.000 años de historia. "Este Camino es más antiguo que el Francés, que tiene mil años", reivindica Lores, que se enamoró del itinerario que conectaba el país vecino con la capital de Galicia. Hasta tal punto que logró incluir la promoción del Camiño Portugués en el programa del PP para las elecciones municipales de 1991, a las que concurrió, aunque sin obtener el acta de edil.
A partir de entonces se convirtió, sin quererlo, en embajador de la ruta portuguesa, que redescubrió y volvió a poner en el mapa de en 1993, año en el que peregrinó nuevamente a Santiago con un grupo de amigos. De esta expedición surgió la Asociación de Amigos do Camiño Portugués, que preside desde entonces. En 2011, el colectivo de hospitaleros se convirtió en fundación.
Entre 1997 y 1999, durante la etapa del popular Juan Luis Pedrosa como alcalde de Pontevedra, Lores asumió la concejalía de Cultura y siguió trabajando por y para el Camiño. "Había gente que llegaba al Ayuntamiento para que le diésemos de comer. Habían leído un artículo en El País que decía que a los peregrinos se les daba una taza de caldo. Y allá que venían", recuerda entre risas. "Por supuesto, no se les daba de comer", añade con retranca.
Lo que sí necesitaban los caminantes era un lugar donde dormir. Pontevedra no formaba parte de la red de albergues de la Xunta, una situación que Lores logró revertir. El Virgen Peregrina se inauguró en agosto de 1999 y la de la capital de las Rías Baixas se convirtió en la única instalación pública de Galicia gestionada por voluntarios.
"Aquí empezó la eclosión del Camino Portugués", asegura Tino Lores, que reconoce que el perfil de quienes realizan la ruta xacobea ha cambiado de forma notable durante las últimas décadas. "Antes, los peregrinos se creían personas únicas y que el Camino era suyo. Ahora todo es más diverso. El Camino es de todos. A mí me gusta que sea así", recalca.
Su devoción por el Camiño de Santiago lo llevó a crear un itinerario nuevo, la variante espiritual. La ruta sale de Pontevedra y sigue por Campañó, Fragamoreira, el monasterio de Poio, A Seca, Combarro y Armenteira, el destino final. "Hay gente que le ha llamado variante espirituosa y no espiritual porque va hacia O Salnés, que es tierra de vino", bromea.
A punto de cumplir 73 años, Tino Lores sigue haciendo etapas del Camiño. Y es uno de los rostros más reconocibles del mismo gracias a una iniciativa (Las Estrellas del Camino, comisariada por Estrella Galicia) que dedicó murales a nueve figuras relevantes de la ruta lusa. En Pontevedra, el elegido fue él. Lo propuso el regidor del BNG, Miguel Anxo Fernández Lores. Desde el año pasado, su cara preside la fachada de una vivienda en O Gorgullón, lugar de paso obligatorio para los peregrinos. "Que fuera el alcalde el que me propusiera para el mural me encantó. Fuimos adversarios políticos, no enemigos", destaca.