Andrea Cascallar (Cerponzóns, Pontevedra, 1993) es la primera española, y la cuarta mujer en todo el continente, en recibir el Premio Eusflat a la mejor tesis de Europa por su trabajo doctoral en el CiTIUS (Centro Singular de Investigación en Tecnoloxías Intelixentes, de la Universidade de Santiago), que concluyó en 2022. En su trabajo abordó el desafío científico de modelar la imprecisión en el lenguaje, hibridando las Protoformas Cuantificadas Difusas con la Generación de Lenguaje Natural (NLG), y más concretamente, con los sistemas D2T o Datos a texto (Data-To-Text).
¿Cómo fue su trayectoria académica hasta lograr este premio?
Hice el grado de Ingeniería Informática en la USC, un máster en Inteligencia Artificial en la Menéndez Pelayo y volví a la USC para hacer el doctorado, en el CiTiUS.
Y de ese trabajo resultó la tesis.
Sí, la tesis es el resultado de mi investigación durante cuatro años.
¿En qué consistió su investigación durante esos cuatro años?
Básicamente abordamos la imprecisión del lenguaje a la hora de generar textos en lenguaje natural a partir de diversas fuentes de datos numéricas o simbólicas. La imprecisión es inherente al lenguaje a la hora de hablar, pero las máquinas necesitan una definición de las diferentes variables. En meteorología escuchamos que las temperaturas van a ser altas o bajas, pero eso es subjetivo. Abordamos este tipo de términos para darles una definición que no quite la naturalidad al texto. Lo que se busca en inteligencia artificial es parecernos lo máximo posible a las cosas como las haría un humano. A partir de ahí surgieron varios proyectos de transferencia.
¿Qué proyectos son esos?
Trabajamos con diversas entidades. En el campo de la meteorología, por ejemplo, con MeteoGalicia. Actualmente en la sección Calidade do aire hay una descripción textual que se hace con un sistema que desarrollamos durante mi tesis. En el ámbito de la medicina trabajamos con el servicio de Cardiología del Hospital de Santiago, en el programa de rehabilitación cardíaca, donde se hace seguimiento a pacientes. Creamos un sistema de generación de texto donde a partir de diversas variables médicas que se iban registrando se generaba un informe compuesto por gráficas y texto de forma que a los médicos les resultase más fácil ponerse al día con cada paciente.
"Creamos un sistema de generación de texto con variables médicas en el servicio de Cardiología del hospital de Santiago con un sistema que desarrollamos durante mi tesis"
Es decir, que la investigación pasó de la teoría a la práctica.
Sí. Para mí, cuando me presentaron la posibilidad de hacer una tesis, era importante darle una aplicación práctica. Hay un tipo de doctorado más teórico, pero no estaba tan interesada en eso. Quería que mi trabajo pudiese ayudar a la gente a mejorar algún aspecto de la vida cotidiana.
¿Tenía esperanzas de ganar cuando se presentó al premio o lo hizo por probar suerte?
Quise intentarlo, porque es un premio europeo y está claro que hay mucha competencia. También nos presentamos a otro y quedé en tercer puesto.
¿Qué sintió cuando le dijeron que su tesis era la mejor de Europa de 2022?
Es un shock. No te lo esperas, pero por otro lado mucha satisfacción, porque es un reconocimiento muy importante a un trabajo que son cuatro años de tesis. A veces es duro. Lamentablemente la investigación en este país está muy precarizada. Los salarios no son buenos para nada y el proceso del doctorado es duro, psicológicamente. Hay que intentar publicar en congresos y revistas de alto nivel, a veces las revisiones tardan mucho tiempo, hay mucha incertidumbre... Después de haber pasado por todo eso es una gran satisfacción. Y también pensar que esto le puede servir a otras chicas de inspiración para ver que realmente las mujeres también tenemos un hueco en la tecnología tan grande como queramos. Que se animen, porque el porcentaje de mujeres en este tipo de estudios es muy bajo.
"Este premio puede servir de inspiración a otras chicas para que vean que tenemos el hueco que queramos en la tecnología"
La brecha de género es habitual en las carreras de ciencias y tecnología. ¿Cuántas mujeres eran en su clase en la facultad?
Creo que mi promoción fue de las peores en este sentido, éramos solo cuatro de 60 plazas de nuevo ingreso. Cuando decidí qué quería estudiar no era consciente de que pasaba esto en las carreras tecnológicas. En el instituto ya éramos menos en esta modalidad, pero no había tanta diferencia. En mi entorno nunca recibí ningún feedback de que lo que yo quería hacer era un sector bastante masculinizado. Tanto profesores como mi familia me animaron a estudiar lo que me gustase. Al llegar el primer día de clase te das cuenta del desbalance enorme. Creo que ha mejorado el porcentaje de alumnas y espero que siga compensándose la diferencia.
Las jóvenes pueden tenerla ahora como referente de mujer científica. ¿Cuál era el suyo?
Ada Lovelace [matemática británica del siglo XIX, creó el primer algoritmo pensado para ser procesado por una máquina], un mito. Pero sí que fui conociendo estas figuras acabada la carrera y buscando por mi cuenta, porque es cierto de que a pesar de ser un gran referente tecnológico no es tan conocida como otras figuras. Y alguien más reciente... En la facultad no hay muchas profesoras y una de las que más me marcó fue Dora Blanco Heras.
"La inteligencia artificial tiene que acompañarse de una legislación"
Inteligencia artificial (IA): parece que últimamente no se habla de otra cosa, para bien o para mal. ¿Cómo ve este panorama? ¿Es una revolución a la hora de relacionarnos con las máquinas? ¿Es un avance, un peligro?
Creo que es una revolución por todo lo que nos permite hacer, que hace unos años era impensable, y por lo mucho que nos facilita la vida en muchos aspectos, pero sí es cierto que tiene que venir acompañado de la formación de la sociedad y la concienciación sobre lo que tenemos en las manos. Ahora mismo vemos a gente muy joven con smartphones en las manos y acceso ilimitado a Internet con los peligros que esto conlleva y no somos conscientes. Como todo se puede usar para cosas muy buenas, como detectar el cáncer de mama años antes de que empiece a desarrollarse, lo que es un hito, pero también para cosas muy malas, como la publicación de fotos de chicas desnudas con IA. Por eso creo que es importante que se acompañe de una legislación que controle todo esto. Al igual que la hay en muchos otros ámbitos que se pueden usar para bien o para mal, la inteligencia artificial lo mismo.
¿Dónde trabaja ahora?
Estoy en la empresa privada, soy data scientist [científica de datos] en DXC [Technology,una multinacional estadounidense de consultoría y servicios de tecnología de la información], en de Santiago.
¿Fue fácil lanzarse al mercado laboral? ¿Ayudó el curriculum?
Tenía claro que no quería seguir por la vía investigadora porque hay mucha incertidumbre. Después de doctorarse hasta conseguir un buen salario y una estabilidad me quedaría un camino de varios años, ir al extranjero a hacer una postdoc... Así que decidí ver qué había en la privada y encontrar trabajo fue bastante fácil. Me contactaron por LinkedIn y pasé el proceso de selección. Al mismo tiempo me llegaron otras tres ofertas más, pero esta es en Santiago, me permiten teletrabajar algunos días y puedo seguir viviendo en Pontevedra. En este sector hay mucha demanda de gente formada. Hasta hace poco las empresas no daban importancia al doctorado, pero ahora, como quieren invertir en I+D, piden gente que lo tenga. Yo tengo contrato indefinido desde el primer día y un sueldo con el que estoy contenta.